Cualquier rutina facial empieza con un lavado de cara que quite cualquier resto de producto, ya sea maquillaje, mascarillas o simplemente suciedad sobre todo en ciudades con un alto nivel de contaminación como puede ser Madrid o Barcelona.
Hacer una limpieza de forma errónea también puede ser perjudicial para tu cuidado facial incluso empeorar la calidad de tu piel
¿Qué costumbres son malas para mi rutina facial?
Agua Caliente
A todos nos encanta despertarnos en las frías mañanas de invierno y lavarnos la cara con agua calentita, lo que no sabemos es que el agua a alta temperatura puede dañar nuestra barrera natural y provocar irritación y deshidratación, expertos afirman que el agua caliente también influye en la disminución de colágeno y elastina, lo que provoca un aumento de flacidez y arrugas. Es recomendable utilizar agua templada o incluso fría que proporciona beneficios como la estimulación de la circulación sanguínea y elimina toxinas.
Exceso de limpieza
Dos veces al día es suficiente para mantener una rutina sana, hay veces que tu día a día te hace tener que limpiársela más por ejemplo deportistas, en este caso debes comprarte limpiadores suaves sin exfoliantes y no estar mucho tiempo con el producto puesto.
Exfoliación diaria
Una limpieza facial profunda incluye exfoliación, para retirar células muertas acumuladas en la superficie de la piel, limpiar puntos negros, activar la microcirculación, etc. En definitiva conseguir un aspecto en la piel más cuidado y luminoso. Pero como todo en exceso es malo ya que si abusamos de ello utilizándolo a diario nos puede provocar irritación, inflamación, infecciones o incluso provocarnos más acné. Se recomienda exfoliar la cara una noche cada 9 días.
Usar toallas sucias
De poco nos sirve tener una rutina facial perfecta si al terminar secamos nuestro rostro con una toalla sucia, en las toallas se comulgan muchas bacterias esto puede ser peor que no tener una buena rutina de limpieza, se recomienda cambiar la toalla a diario para que no se acumulen bacterias.