La tradición del Ramo Leonés, se hace visible en estos días de Navidad, si paseas por nuestra provincia o por nuestra bonita ciudad, es casi seguro que te encontrarás con éste adorno navideño, propio y conocido en nuestra tierra.
Si aún no lo conoces, hoy vamos a contarte, cuál es su historia, su significado y todo lo que representa para nosotros los leoneses, en estas fechas tan entrañables.
Su origen se remonta a culturas indoeuropeas, anteriores a la época Cristiana, donde durante el solsticio de invierno, rendían culto a la figura de árbol, como símbolo de prosperidad y abundancia, como deseos previos a la llegada de la primavera.
Es con el Cristianismo cuando éste rito pagano, comienza a introducirse en la celebración de la Navidad, pasando a ser culto a una rama de árbol, apenas decorada. Desde entonces la costumbre del Ramo Leonés, se ha utilizado en celebraciones de toda la zona que constituía, el Reino de León. Con el paso de los años, su presencia quedó limitada a las principales comarcas de nuestra provincia, lo que ha permitido que esta tradición, se haya mantenido viva hasta nuestros días.
Se recupera la tradición del Ramo Leonés
Relegado a estar presente principalmente en el entorno rural, ha estado a punto de quedar en el olvido con el paso del tiempo, pero a partir de los años 80, y gracias al trabajo de etnógrafos, asociaciones y divulgadores, que realizando diversas publicaciones, han conseguido que el Ramo Leonés vuelva a ponerse de moda y que de nuevo, sea un imprescindible de la Navidad Leonesa.
Su peculiar diseño hace de él un adorno navideño único y especial, ya que cuenta con formas y decoraciones muy variadas. Principalmente está constituido por una estructura central de madera con otra llamada cabeza en su parte superior, que puede ser triangular, cuadrada, redonda… coronada por un adorno vegetal de hoja perenne, que recuerda al ramo en su origen, que suele ser de hiedra, laurel, tejo, acebo…
Decoración del Ramo Leonés
Para vestir el ramo, ya que así se llama decorarlo, se utilizan en su cabeza, velas que antiguamente eran ofrenda al santo o a la Virgen. También se utilizan adornos de cintas bordadas, encajes, hilos… de los que cuelgan frutas y dulces, como símbolo de prosperidad para el año nuevo.
Al Ramo Leonés además de vestirle, también siempre se le ha cantado, y para ello se le llevaba en Nochebuena a la misa del Gallo, y permanecía en la iglesia hasta después de Reyes, cuando el cura repartía, los dulces y la fruta, entre los niños del pueblo.
El más antiguo del que se tiene constancia, data de finales del siglo XIX, y cada año va ganando presencia, en nuestras calles y en nuestras casas, recuperando una tradición muy antigua, como símbolo de las costumbres de nuestra gente.
Maralhy Morais