Entre los múltiples pueblos que forman la comarca de El Bierzo, nos encontramos con la ruta más bonita que se pueda hacer. Se trata de El Primout, el valle escondido del Sil. Una Joya natural y cultural que invita a enamorarte de ella.
Se dice que, a raíz de la pérdida del fuelle minero de la puerta de entrada al Alto Sil, este municipio se ha convertido en uno de los más prósperos de León.
Una de las partes que más sorpresas depara, son las rutas poco conocidas como el municipio de Toreno. Y justamente, en el puente del Sol de Toreno parte una carretera que dirige a Librándoosla y Pardamaza. Los rincones más valiosos de este valle, que albergan una belleza natural y que están ocultos entre la vegetación.
Los meses de primaverales de mayo y junio junto a los meses de octubre y Nnoviembre de otoño, dictan el momento clave para este pueblo de León que tanta vegetación alberga tanto dentro como alrededor de él. Va servido de diversidad cromática y es que, esta localidad está acostada en la ladera del norte. Concretamente, en el Valle Del Río primout, justo debajo de las altivas lomas de la Sierra de Bistro (el país del arándano y la Xistra).
En Librán, se mezcla el mundo mediterráneo y el vegetal atlántico, aunque muchos de los visitantes aseguran que es el atlántico- cantábrico quien predomina en el terreno.
Por otro lado, en la ladera del sur Del Valle, nos encontramos con Sardones (encinas), Verdeirales (madroños) y la belleza de las profundidades Del Río, en el que se forma una espesa masa forestal caducifolia. En él, también podemos gozar de la presencia de robles, tilos, cerezos, castañales, abrásales, capados, arces, chopos, humeros, negrillos y nogales. Todo ello, junto al pueblo. Que alberga un magnifico ejemplar de castaño, probablemente milenario como es «El Castañón de la Fulguera».
El valle del río primount
El río Primout, es uno de los ríos menos alterados de El Bierzo. Tiene 18 km de longitud y en su cauce, recoge multitud de regueros que de descuelgan de la Sierra de Xistréu. Una de las zonas más despobladas de todo León y que en sus rincones se encuentran antiguos pueblos abandonados o semiabandonados, como por ejemplo; Los Montes de la Ermita, Urdiales o el propio Primout.
A pesar de ello, se dice que El Primout se convierte en la mejor noticia para el Sil justo antes de entrar en Toreno. Es por eso que, la pureza de sus aguas es reconocida. Al igual que las truchas, reconocidas pero en un río nada sencillo para la pesca, puesto que el río es puro desfiladero y con grandes desniveles de principio a fin. Lo que hace Del Río, un espacio especial y más «libre» quizás.
Puerta a Alto Sil
Desde Pardamaza al pueblo de Primout, se toma por costumbre, un sendero acondicionado como ruta. Una ruta, considerada como las más bonitas de El Bierzo. Dicha ruta, tan bonita y conocida, comienza en la «purtiella» de paso al indomable mundo del Alto Sil. Un paseo por el santuario de naturaleza más salvaje de León y la cordillera cantábrica. Comienza subiendo (aguas arriba, monte arriba…), mientras que toda la ladera izquierda del Río Primout, es un ramal descendiente del Catoute.
Una pequeña muestra de León que nos podemos encontrar en dicho municipio, es el Oso Pardo. Quien tiene paso y cama desde hace años.
Pinturas Rupestres
Cabe resaltar, que en medio del entorno natural rocosos de bosques y agua, Librán acoge el conjunto del arte cavernario más importante de León. Se trata de dibujos esquemáticos, procedentes a la edad del hierro del año 5.000 a.c., situadas en las hendiduras de las montañas de «La Escondida» y el «buqueirón de los Muros».
Para su visita, se recomienda contactar con la «Asociación cultural de Cuevas Rupestres de Librán» y que suelen ofrecer charlas a cerca de este patrimonio cultural.
Entre dichas pinturas, se apreciam zoomorfos, soliformes y antropomorfos. Pequeños trazados en color rojizo que generalmente hablan sobre los primeros pobladores de dichas tierras.
Y por si no bastara, en el pueblo De San Pedro de Mallo, situado cerca de éste, existe otra de las cuevas con pinturas rupestres muy interesantes y que en ocasiones, hace a sus visitantes desplazarse para verlas.
Los Mouros y los Castros
Por si os preguntarais el cuándo y el cómo de este descubrimiento cultural, os informamos que todo en esta vida esta hilado. Y allá donde hay un antiguo casco, un castro o unas pinturas, siempre hay una leyenda.
En este caso, la leyenda de mouros, abarca toda la comarca de El Bierzo y el noroeste ibérico. Habla sobre antiguos habitantes (indígenas prerromanos) que a través de poderes mágicos, salían determinados días del año para ofrecer tesoros a los pastores y viajeros. Se dice que los tesoros, estaban relacionados con el oro.
En el pueblo De San Pedro Mallo, una vecina testificó que las leyendas que escuchaba desde pequeña, coincidían con las ya mencionadas.
Arquitectura tradicional
Comentan, que la industria de estos pueblos, estuvo ligada a al aprovechamiento hidráulico en el pasado siglo y eso fue lo que hizo de los grandes pueblos, pequeños municipios.
por otro lado, gracias a la transformación que genero la minería en todo el pueblo (en la economía, las costumbres, la arquitectura…), solo en los pueblos de abajo, donde el carbón no era tan patente, siguen conservando las casas de lloras, forno y corredor.
La lengua asturleonesa
Por último, otro elemento cultural que ha día de hoy sigue invicto. Se trata del sustrato lingüístico asturleonés, es el topónimo tradicional es Librán, Tsisbrán o Chibrán y es el nombre con el que los «Chibraniegos» conocen a su pueblo. Se dice que probablemente, la «CH» sea un aire norteño que proviene del «Pachezu» y también se dice, que en Librán se habló en otra lengua que a día de hoy solo s puede escuchar en expresiones, verbos y en palabras sueltas.
Es parte del patrimonio y creen que perderla sería ir menguando toda la cultura tradicional que abarca.
Y por si esto no bastara, en el Ayuntamiento de Valdelugueros, en la provincia de León, también disponemos de la espectacular ruta de las 8 cascadas. Las cuales pertenecen al Río Faro y forman parte de la Reserva d ella Biosfera de los Argüellos.
Ane Garrido