El Fortín de Alboleya cumple 85 años vigilando el puerto de San Isidro
El 20 de agosto de 1937 el frente republicano astur-leonés inauguraba el Fortín de Alboleya, uno de los conjuntos defensivos de mayor relevancia en el sector norte durante la Guerra Civil. Celebra su octogésimo quinto aniversario convertido en olvidado testigo de un conflicto bélico cuyas heridas parecen, en ocasiones, más abiertas que nunca.
Coronando los 1430 metros de altitud en el monte que rodea Puebla de Lillo y dominando el puerto de San Isidro en dirección a Asturias, así se construyo hace hoy 85 años el Fortín de Alboleya. Se trata de un proyecto titánico, símbolo de uno de los episodios más negros recogidos en la memoria de nuestro país, cuyas dimensiones y disposición lo convierten en una de las construcciones de este tipo más espectaculares del noroeste de la Península Ibérica.
¨La tipología de este tipo de conjuntos fortificados no aparece en los manuales militares de la época, pero fueron habituales en todo el Frente Norte. Realmente en el caso de Alboleya estamos ante dos galerías con más de una treintena de puestos para fusileros, identificadas con las aspilleras rectangulares y abocinadas¨, explica Javier Revilla Casado, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de León.
En cuanto a los muros de la edificación, la cara externa y el techo están formados por una masa de hormigón armado mezclado con cal, mientras que sus paredes internas y el suelo surgen a partir de la excavación en la propia piedra del monte. Precisamente en estas paredes ha quedado reflejado el esfuerzo quienes se encargaron de construir el conjunto gracias a sendas inscripciones en las que puede leerse ¨Dimas Cerra 1937 del 8. 37¨ o ¨Eduardo Foces 1937 a 20 del 8¨. Entre ellas, una marca reza ¨Fortín de Albaya a 20 de 8. 37¨ y que con tal apellido de origen asturiano da nombre al monumental emplazamiento. Aunque no se conoce con exactitud, todo apuntan a que dicha firma sería obra de un vecino de Biemes, localidad en la que dicho nombre familiar estaba muy extendido en la época.
De lo que no cabe duda es que la fortificación presenta una serie de peculiaridades que la hacen única, como demuestra el profesor Revilla al exponer que ¨en una de las galerías de fusilería sobresale hacia el exterior un espacio que puede identificarse como nido de ametralladora. Tiene planta poligonal, no circular como es habitual en los nidos del frente astur-leonés, pero la principal particularidad está en su parte frontal donde posee no una tronera sino dos, siendo la inferior más alargada longitudinalmente por lo que, desde ella se podrían realizar batidas de fuego rasante ya en casos finales de inminente asalto por parte del enemigo¨
Una posición privilegiada con la que defender el conocido como Frente de los Puertos, desde el que atacar sin ser atacado en un momento en el que los sublevados ya habían acabado con la resistencia de Burgos, Palencia y tomado bajo su control importantes puntos de la costa cantábrica como País Vasco o Cantabria. Sin embargo, la sangre nunca llegó a correr por el Fortín de Albaya, ya que el 1 de octubre de ese mismo año, tan solo 40 días después de que las labores de construcción finalizasen, una columna franquista dirigida por el coronel Ceano sobrepasan la línea y se hacían con el puerto, algo que precipitó la huida de los republicanos ante la ventaja numérica del Bando Nacionalista.
Desde el equipo de Historia y Memoria Contemporánea de la Universidad de León (HISMECON) solicitan que se ponga en valor la edificación mediante la señalización y vigilancia de la zona, evitando así la vandalización del lugar. Además, la asociación propone que se lleven a cabo tareas de recuperación de la trinchera original, sosteniendo que de este modo se impulsaría el turismo por el patrimonio histórico de la zona.