La junta rectora de la Academia Leonesa de Gastronomía ha fallado este martes sus galardones anuales y ha otorgado el premio «Personaje 2019» el enólogo Raúl Pérez mientras que el de mejor restaurante ha sido para LAV, uno de los establecimientos más innovadores de la capital.
El premio Institución Leonesa 2019 ha recaído en el Consejo Regulador DO Manzana Reineta del Bierzo y el de Productor Leonés 2019 ha sido para Chocolates Santocildes.
Pérez nació en la localidad berciana de Valtuille (León) donde comenzó a elaborar sus vinos en la bodega familiar, hasta llegar al año 2005 que se consolida con su proyecto Ultreia.
Le llaman el ‘Nuevo Gurú del Vino’ y está considerado el mejor enólogo de España y uno de los mejores del mundo.
En la provincia de León elabora vinos en sus dos denominaciones de origen, así como en otras zonas de España y otros países con un gran éxito y está consiguiendo las mayores puntuaciones en las más destacadas guías.
Por su parte el restaurante LAV pertenece al grupo Vamuca y cuenta con dos figuras fundamentales, el cocinero Javier del Blanco y el sumiller y jefe de sala Dani Giganto, que ha sido personaje premiado por esta Academia con anteriordad.
Es un referente de la moderna cocina leonesa y por ello en sus elaboraciones no faltan ingredientes de productos de la provincia, siempre acompañados de una creatividad que le pone a la vanguardia en la restauración leonesa, según destaca la Academia Leonesa de Gastronomía.
El premio al Consejo Regulador DO Manzana Reineta del Bierzo ha sido por su trabajo para conseguir que la manzana berciana con el tiempo haya ido evolucionando adaptándose a las condiciones de la comarca y a su clima, lo que le confiere unas características muy especiales.
Además, según destaca el acta del jurado, es la única con Denominación de Origen de la provincia de León y de España ya que el resto son IGP o Sellos de Calidad.
FInalmente, Chocolates Santocildes comenzó su andadura en Argentina, cuando el abuelo de los actuales dueños emigro allí con 20 años y se casó.
A su vuelta a España decidió montar su fábrica en el año 1916 en Castrocontrigo (a pesar de ser maragato) ya que era una zona menos explotada en este sector.
Tras varias generaciones, son los propietarios actuales los que la han hecho crecer hasta tomar la decisión de ampliar la fábrica al polígono de Onzonilla con el fin de aumentar su producción.
Considerado como uno de los chocolates mejores del mundo, son unos de los pocos productores en España que siguen tostando su propio chocolate con técnicas tradicionales y maquinaria antigua.
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