Lo que menos podía imaginar Tamara Falcó hace una semana es que su novio le iba a salir rana. La televisiva marquesa, es hija de Isabel Presley y el difunto Carlos Falcó (marqués de Griñón), soñaba con una boda de cuento que al final se ha convertido en pesadilla. Ella añoraba una historia como las de antes, así lo había explicado en múltiples ocasiones, y hace unos días pensaba que iba a lograrlo.
A principios de septiembre, su novio, Íñigo Onieva, la pedía la mano en una celebración íntima con su familia. Hubo anillo y él, incluso, hincó la rodilla en tierra para hacer feliz a Tamara Falcó. El anuncio oficial del compromiso fue el pasado jueves cuando la televisiva Falcó colgó una foto con su anillo en sus redes (que por cierto se dio prisa a borrar). La colaboradora de El Hormiguero adelantó detalles de su boda en junio en lo que presagiaba ser su «cuento de hadas».
Tamara Falcó anuncia compromiso jueves y el sábado se entera de la infidelidad
Pero pronto explotó la pompa del sueño de Falcó. El sábado salieron a la luz unas imágenes de su ya prometido con otra mujer. Lo peor es que las imágenes fueron tomadas cuando ya eran pareja. Entonces empezó el escándalo. Primero Onieva lo negó y finalmente acabó publicando unas disculpas públicas en sus redes. Un varapalo para Tamara Falcó que ha decidido cancelar la boda. Su novio la ha sido infiel pero además toda España se ha enterado pasando a ser la «cornuda» oficial de España.
No habrá boda en junio
Tamara Falcó siempre se ha caracterizado por sus fuertes creencias religiosas, incluso hubo rumores de que la joven aristócrata tomaría los hábitos. Finalmente, su vida se ha decantado por el mundo de la televisión (ha participado en varios programas, es colaboradora de El Hormiguero y es imagen de varias marcas). Las redes sociales son parte del trabajo y del día a día de la hija de Presley. Estaremos atentos a la próxima aparición televisiva de Tamara, sus imágenes de este fin de semana apuntan a que no se encuentra nada bien. De hecho, Tamara Falcó se ha trasladado a casa de su madre para refugiarse del «terremoto» causado.