En todas las familias cuecen habas dice un refrán y nunca mejor dicho. Hasta los de alta alcurnia tienen problemas. Desde hace tiempo, la benjamina de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, Victoria Federica, ha mostrado su lado díscolo. Lejos de la actitud de sus primos, los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, Victoria Federica ha demostrado que le gusta el mundo de la «farándula». Precisamente la actitud nunca le ha gustado a su madre, la infanta Elena, ni al resto de la familia que apuesta por una actitud más discreta.
Los contratos publicitarios y la faceta de influencer de la nieta mayor de Juan Carlos I (y dicen que favorita) son mirados de reojo por toda la familia que desaprueba la sobreexposición de Victoria Federica.
La infanta Elena pide discreción
El colmo habría sido la relación con el torero Andrés Roca Rey que habría puesto a la sobrina del rey Felipe VI en boca de todo el mundo. El joven, con novia desde hace muchos años, mantendría una relación con la reality algo que no gusta a la familia de Victoria Federica. Esto ha llevado a un fuerte enfado de la infanta Elena con su hija a la que le habría exigido «mayor decoro» y «más discreción».
Sin embargo, Victoria Federica ha decidido ponerse el mundo por montera y tomar sus propias decisiones. Motivo por el que madre e hija no se hablan.