Susanna Griso se ha divorciado de su marido Carles Torras después de 23 años juntos, y tres hijos en común, y el motivo principal parece apuntar a la política.
Una vida juntos y una familia
Ayer la revista Semana, hacía pública la separación de la presentadora de espejo público y el productor televisivo y también periodista, Carles Torras.
Se habrían conocido hace 23 años trabajando en la radio, aunque no han alardeado de su vida personal en los medios de comunicación. Aunque unos meses atrás, Susanna Griso reveló la forma tan romántica de cómo conoció a su marido.
Al parecer, estaban en un Karaoke después del trabajo, cuando todos los compañeros decidieron ir a pasar un rato divertido de fin de semana. La presentadora contaba que su marido le dijo las siguientes palabras:
‘Fíjate que yo me enamoré de ti incluso escuchándote cantar ‘Juntos’. Puse el listón tan bajo, la canté tan mal, a pesar del empeño que puse».
Y su relación siguió adelante, y se dieron el primer beso en una fiesta de disfraces, según revelaba Susanna Griso en el programa del Hormiguero. Aunque no tenían ningún punto coincidente en sus vidas, se enamoraron y nacieron sus hijos. Mireia y Jan, además de Dorcette, una niña africana que adoptaron en el 2018.
Los motivos del divorcio
No ha trascendido mucho sobre esta cuestión, puesto que, la pareja siempre se ha caracterizado por su discreta vida personal. Aunque es posible que las ideas políticas de Carles Torras hayan tenido el protagonismo en el momento de tomar la decisión.
Los motivos reales solo los han compartido con su círculo más cercano, y mantienen una relación cordial, por el momento. En el domicilio conyugal se ha quedado la presentadora junto a sus hijos.
Los duros momentos de Susanna Griso
Este no es el peor de los momentos de su vida, puesto que ha sufrido varias pérdidas importantes con los años. Desde el 2017, año en el que fallecía su madre con 94 años de edad, después de una enfermedad, hasta el 2019. En ese fatídico año, moría su hermana de modo repentino, a causa de un infarto.
