La capa de ozono se recuperó en los polos, pero experimentó un retroceso en su parte inferior en las latitudes más pobladas por causas que todavía se desconocen, según un estudio publicado en la revista científica Athmospheric Chemistry and Physics.
Un equipo internacional liderado por la Universidad Politécnica ETH de Zúrich y el Observatorio físico-meteorológico de Davos descubrió que, a pesar de la prohibición de los gases clorofluorocarbonos (CFCs) en 1989, la concentración de ozono en la parte inferior de la estratosfera siguió disminuyendo. Los científicos utilizaron medidas tomadas por satélites en las últimas tres décadas junto con métodos estadísticos avanzados y datos procedentes de centros en el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Finlandia, así como información cedida por la NASA.
Los investigadores se sorprendieron por este descubrimiento, ya que sus modelos no mostraban esta tendencia y la emisión de CFCs sigue disminuyendo. Además, hasta ahora, los científicos creían que la capa de ozono podría recuperarse por completo a mediados de siglo. «Gracias al Protocolo de Montreal (1987) el ozono ha aumentado significativamente en las capas más altas de la estratosfera y las zonas polares se están recuperando», dijo uno de los investigadores del ETH de Zúrich y principal autor del estudio, William Ball.
«Sin embargo, las medidas obtenidas muestran que la columna total de ozono en la atmósfera permanece constante«, añadió, lo que los expertos interpretaron como una señal de que los niveles de ozono en la estratosfera inferior deben haber disminuido. Aunque todavía se desconocen los motivos, los expertos apuntaron dos posibles explicaciones; por un lado, creen que el cambio climático está modificando el patrón de la circulación atmosférica, moviendo el aire de los trópicos más rápido y más lejos en dirección polar, por lo que se forma menos ozono.
Por otro lado, plantean que sustancias de vida muy corta que contienen cloro y bromo están aumentando y podrían alcanzar, cada vez más, la parte inferior de la estratosfera, por ejemplo, como resultado de tormentas eléctricas de mayor intensidad.
Según los autores del estudio, estas sustancias pueden ser tanto de origen natural como industrial y algunas de ellas se utilizan para sustituir los gases CFC. «Las sustancias de vida muy corta podrían ser un factor infravalorado hasta ahora», sostuvo Ball, aunque todavía debe confirmarse esta teoría.
El ozono es una sustancia formada en la estratosfera y producida en latitudes tropicales que después se distribuye por todo el globo. Una gran porción del ozono resultante reside en las capas inferiores de la estratosfera y absorbe los rayos UV procedentes del Sol ya que, en el caso que alcanzaran la superficie de la Tierra, podrían causar daños en el ADN de plantas, animales y humanos.
El estudio considera que esta nueva perspectiva «es preocupante pero no alarmante», ya que el retroceso que ahora se ha observado es «mucho menor» que antes del acuerdo de Montreal. «El impacto del protocolo es indiscutible, tal y como se evidencia en la parte superior de la estratosfera y en los polos, aunque debemos mantener un ojo puesto en la capa de ozono y su función como filtro de rayos UV en latitudes medias fuertemente pobladas y en los trópicos», agregó el científico.