La tecnología que está detrás de los nuevos barcos con wifi
Los turistas disfrutan de unas vacaciones en alta mar en un crucero con la mayor tecnología disponible y con Wifi dentro del camarote, pero, como puede ser posible, si estamos a miles de millas de la costa.
La conexión en alta mar es cada vez más necesaria y abre la puerta también al estudio de los fondos marinos para optimizar las rutas de los buques, evitar el choque con ballenas y cachalotes y comprender los flujos migratorios de la fauna.
En este punto, cabe distinguir entre las de uso civil y uso militar, ya que, la tecnología es diferente. El Ministerio de Defensa confió un proyecto de despliegue del Sistema Español de Comunicaciones Vía Satélite (SECOMSAT), que incluyó el diseño de la red y el suministro de los terminales remotos que en este momento utilizan los tres ejércitos. Así, por ejemplo, se ha instalado sus sistemas de comunicaciones por satélite en multitud de buques, incluyendo un sistema de comunicación dual simultánea en banda X y Ka que emplea el buque insignia de la Armada española, el Juan Carlos I. También ha suministrado este tipo de sistema a distintas marinas de todo el mundo, entre las que figuran sin ir más lejos la alemana, que cuenta con terminales instalados en su programa de corbetas K130.
Para poder cuidar los océanos hay que cuidar de la tecnología y crearla con buenos fines. Uno de los elementos clave es precisamente esta conectividad”, entre otras cosas, para impulsar el relevo generacional. “Los jóvenes no quieren enrolarse en la mar si por las noches no pueden hablar con su familia, enviar un WhatsApp o estar informados”.
Los cruceros utilizan la conectividad que ofrecen diferentes empresas de conexión vía satélite y, a partir de ahí, ofrecer la conectividad que cada embarcación requiera en cuanto a ancho de banda o cobertura. Con cualquier teléfono podrán conectarse a esta red WiFi y disfrutar de las aplicaciones tradicionales como en tierra, gracias a estos sistemas podemos estar conectador en alta mar como si estuviéramos en casa. Un lujo que hace una década era impensable que pudiéramos emplear aplicaciones de mensajería instantánea o de juegos para estar interconectado con amigos o familiares.