La UE acuerda un cargador único en dispositivos electrónicos que permitirá a los usuarios tener un único cable para cargar todos sus aparatos y armoniza también la velocidad de carga rápida.
Aún queda pendiente su aprobación en Bruselas.
Los negociadores del Parlamento Europeo y de los Veintisiete han alcanzado este martes un acuerdo para imponer el cargador único USB-C a partir de otoño de 2024 a una quincena de dispositivos electrónicos portátiles, incluidos teléfonos, tabletas, cámaras digitales, auriculares y consolas de videojuegos.
La adopción formal del acuerdo por el pleno del Parlamento Europeo y del Consejo está prevista para después del verano, lo que permitirá la entrada en vigor de las nuevas normas 24 meses después, en otoño de 2024.
Durante las negociaciones se han añadido a la lista de productos que estarán cubiertos por la norma algunos no contemplados por la Comisión Europea en su propuesta inicial, como eReaders, miniauriculares inalámbricos, teclados o dispositivos de navegación.
También será obligatorio el cargador universal para ordenadores portátiles, si bien en este caso las instituciones europeas han previsto un periodo adicional de 18 meses desde la entrada en vigor de la norma para dar al sector tiempo suficiente de adaptación.
Reducir la basura electrónica
Uno de los objetivos de la nueva legislación es reducir la basura electrónica en la Unión Europea y evitar que los consumidores tengan que adquirir cables y cargadores nuevos con cada compra de dispositivo, ya que a partir de la reforma el usuario podrá elegir con cada compra si incluir o no un artículo de carga.
La propuesta permitirá a los consumidores comprar nuevos dispositivos electrónicos sin tener que adquirir un cargador adicional y evitar así acumular 11.000 toneladas al año de residuos electrónicos, según las estimaciones de la Comisión Europea.
Según los datos de la UE, cada año se generan entre 11.000 y 13.000 toneladas de residuos electrónicos en el espacio comunitario y con la generalización del cargador único los europeos podrán ahorrarse unos 250 millones de euros en soluciones de carga innecesarias.
Con todo, se prevén excepciones para que queden exentos los artículos que por ser demasiados pequeños no serían compatibles con ese modelo de puerto, como es el caso de los relojes inteligentes y los monitores de actividad y otros aparatos para la práctica deportiva. Los miniauriculares que formaban parte de la excepción en la propuesta de Bruselas finalmente no quedarán exentos y deberán ser compatibles con el cargador universal.
Entre las novedades, también se incluye la obligación de informar y etiquetar de forma clara las opciones de carga, así como indicar si el producto viene con cargador, con el objetivo de evitar confusiones y facilitar la elección.
Además, la velocidad de carga también queda armonizada para dispositivos que admiten carga rápida, lo que permitirá a los usuarios cargar sus dispositivos a la misma velocidad con cualquier cargador compatible.
Conscientes del uso cada vez más frecuente de cargas inalámbricas en los dispositivos comercializados en la UE, la Eurocámara y los Veintisiete emplazan a la Comisión a actualizar la regulación cuando existan soluciones de carga compatibles con diversos fabricantes.
De momento, el cargador único no será compatible con ordenadores portátiles, relojes inteligentes o los dispositivos que miden la actividad física, por razones técnicas como su tamaño.
La Comisión Europea lleva impulsando este acuerdo desde hace trece años, cuando en 2009, alcanzó un acuerdo voluntario con los principales fabricantes de dispositivos móviles, que permitió reducir de 30 a tres los cargadores existentes: el USB 2.0 Micro B, el USB-C y el Lightning, exclusivo de Apple.