Tráfico ultima un plan para la seguridad de los motociclistas con 40 medidas que incluyen desplegar motos y agentes camuflados (sin distintivos) en carreteras donde se produzcan más infracciones de exceso de velocidad; y consumo de alcohol y drogas. Además, el organismo mantiene su agenda para tener listos en 2019 los drones que vigilarán durante las operaciones salida y retorno.
Gregorio Serrano, director la DGT, anunció que estas y otras medidas podrían estar aprobadas a finales de junio o a principios de septiembre. Así lo precisó en el foro Motos que mueven ciudades, organizado por Anesdor, patronal del sector de las dos ruedas, y Pons Seguridad Vial.
El plan contempla mejorar las infraestructuras y para ello Tráfico pretende el compromiso de los titulares de las vías, tanto para que aseguren su conservación como para que «rectifiquen las más peligrosas».
A este respecto, el organismo está confeccionando un Plan Invive (Intensificación, Vigilancia y Velocidad en carreteras secundarias) específico para la moto, que le permitirá obtener una radiografía de esas vías más peligrosas. Con el mapa en la mano, la DGT exigirá que las CCAA, Estado y diputaciones «asuman cada una su responsabilidad».
Tráfico se compromete con la implantación en las motos del sistema E-call, ya obligatorio en los coches. Se estudia si es mejor colocar el dispositivo en la moto o en alguno de los elementos del equipo del usuario.
El Plan SegurMoto hará especial énfasis en las cuestiones de educación y formación vial. Una de las propuestas consiste en modificar los manuales de autoescuela para que los futuros titulares del carné B, con el que se puede manejar motos de 125 centímetros cúbicos, obtengan más conocimientos sobre las peculiaridades de conducir vehículos de dos ruedas. La DGT, por último, insistirá en campañas de comunicación como la del hombre de cristal, destinada a resaltar la mayor fragilidad del motorista.