Muchos parecen haberse olvidado del Coronavirus, esa pandemia que ha marcado los dos últimos años de nuestras vidas, pero el virus sigue estando presente y las residencias de ancianos vuelven a ser el foco principal de contagio en todo el país y cómo no, en Castilla y León. El COVID-19 ha dejado datos demoledores en nuestra geografía, llegándose a contagiar más de 13 millones de persona y habiendo fallecido 115.000. Unos números que demuestran cómo de dura ha sido esta etapa, que parece no tener fin, para cada uno de nosotros.
Es sabido por todos que Castilla y León ha sido una de las Comunidades Autónomas que más ha sufrido los efectos de este virus al tener más población envejecida. Las residencias de ancianos pasaron de ser un lugar seguro para los más mayores a ser un sitio donde contagiarse era más fácil que nunca, llegando a pasar noches de terror muchos de los residentes por miedo a contraer el virus y no superarlo.
Las residencias de ancianos en Castilla y León a penas han «esquivado» al COVID-19, siendo tan solo 25 de 701 las que pueden decir a 18 de octubre que no han tenido que lamentar la muerte de alguno de los mayores que allí residen. Números que dejan entrever la sangría que ha sido esta pandemia que a día de hoy sigue activa y que parece querer atacar de nuevo a las residencias de ancianos a pesar de que muchos de ellos ya han recibido la correspondiente dosis de la vacuna.
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