43 municipios de la comunidad se quedaron sin oficina bancaria el año pasado, liderando Palencia con casi el 92% de sus localidades sin acceso permanente a este servicio
La despoblación financiera se ha convertido en una preocupante realidad en Castilla y León, ya que 43 municipios de la comunidad se quedaron sin oficina bancaria durante el pasado año. Entre ellos, destaca Palencia, que encabeza la lista a nivel nacional con casi el 92% de sus localidades sin acceso permanente a este servicio fundamental.
La fijación de población en el medio rural es esencial para hacer frente a la sangría demográfica que afecta a Castilla y León. Sin embargo, esto requiere una adecuada provisión de servicios públicos que permitan a los ciudadanos acceder a ellos sin tener que realizar grandes desplazamientos. La atención sanitaria y la educación son ejemplos claros, pero también se incluyen las sucursales bancarias, que desempeñan un papel igualmente importante para evitar la migración de los habitantes de los pueblos hacia las ciudades. Lamentablemente, los datos demuestran que para las entidades financieras esto no es una prioridad, ya que en tan solo un año han cerrado más de 40 sucursales, acentuando así la despoblación financiera en la región.
Las cifras proporcionadas por el Banco de España dejan poco margen a la duda: los 358 municipios que contaban con una oficina bancaria al cierre del año 2021 se redujeron a 315 al final del pasado ejercicio. Aunque la diferencia pueda parecer pequeña, se trata de más de 40 sucursales cierres que no solo dejan a las localidades en las que se encontraban sin atención, sino también a las localidades cercanas, cuyos vecinos, en su mayoría, deben recorrer cada vez más kilómetros para realizar cualquier tipo de transacción financiera cotidiana.
En muchos casos, el cierre de oficinas bancarias en áreas rurales, y algunas también en ciudades, se debe a la fuerte apuesta de las entidades por la banca en línea. En la actualidad, cualquiera puede operar desde un ordenador o teléfono móvil, pero esto plantea enormes dificultades para la mayoría de las personas mayores que residen en los pueblos. Son ciudadanos que solían contar con la asistencia de un trabajador bancario que les ayudaba a realizar sus operaciones diarias, pero que ahora se han quedado sin ese apoyo.
Para abordar esta problemática de despoblación financiera, algunas administraciones han implementado medidas para acercar los servicios bancarios a las poblaciones rurales. Un ejemplo destacado es el de la provincia de Valladolid, donde la Diputación habilitó un cajero móvil que recorre de forma itinerante los municipios que no disponen de una oficina bancaria, brindando así este servicio a los ciudadanos. Sin embargo, estas soluciones no sustituyen a una sucursal abierta diariamente, a la que se pueda acudir en cualquier momento. Además, la función principal de estos cajeros móviles es la retirada de efectivo.
Los datos mencionados revelan que las provincias de Salamanca y Zamora son las más afectadas, con nueve municipios cada una que se quedaron sin su única sucursal bancaria a lo largo de 2022. Le sigue Palencia, con ocho localidades más sin oficina bancaria. En el caso de León, se contabilizaron siete municipios afectados, mientras que en Valladolid son seis. Por otro lado, Soria suma cuatro localidades y Ávila, Burgos y Segovia no registraron cierres de este tipo durante el año pasado, según los datos del Banco de España.
Los municipios más afectados
Entre los municipios leoneses afectados se encuentran Congosto, Cubillos del Sil, Palacios del Sil, Pobladura de Pelayo García, Sabero, Torre del Bierzo y Villasabariego. En el caso de los palentinos, se trata de Astudillo, Cevico de la Torre, Cisneros, Lantadilla, San Cebrián de Campos, Santibáñez de la Peña, Velilla del Río Carrión y Villaviudas.
En Salamanca, los municipios recientemente añadidos a la lista de aquellos sin sucursal bancaria de ninguna entidad son Lagunilla, Martiago, Sanct-Spiritus, Santiago de la Puebla, Santibáñez de Béjar, Los Santos, Tordillos, La Velles y Villoruela.
En el caso de Soria, los municipios afectados son Cabrejas del Pinar, Cerbón, El Royo y Valdeavellano de Tera. Por su parte, en Valladolid se trata de Ataquines, Becilla de Valderaduey, Montemayor de Pililla, Mucientes, Serrada, Traspinedo y Villanueva de Duero. Cabe destacar que en la provincia vallisoletana, a pesar de los cierres, se abrió una sucursal en Simancas durante el 2022.
Finalmente, en Zamora, la despoblación financiera se ha extendido a los municipios de Ferreras de Abajo, Fuentelapeña, Lubián, Morales del Rey, Morales de Toro, Muelas el Pan, Quiruelas de Vidriales, Rabanales y Santa Croya de Tera.
Más allá del perjuicio que supone el cierre de las oficinas bancarias para los habitantes de los municipios afectados, es preocupante la reducción de servicios básicos a la que se enfrenta el medio rural de Castilla y León. Esto dificulta cada vez más la realización de tareas y gestiones habituales para las personas que residen en estas áreas.
La despoblación financiera se suma a los desafíos que enfrenta la comunidad en la lucha contra el despoblamiento y destaca la necesidad de encontrar soluciones que garanticen el acceso a servicios fundamentales en el medio rural, promoviendo así la calidad de vida de sus habitantes y evitando la migración hacia zonas urbanas.