El día 23 de junio, 709 opositoras/es de Educación Física divididos en 7 tribunales, aspiraban a las 35 plazas de secundaria convocadas por la Junta de Castilla y León en la ciudad de León.
Sin embargo, el proceso ha estado marcado por numerosas irregularidades que han afectado a todos los aspirantes o, en algunos casos, a los de determinados tribunales exclusivamente.
La primera prueba constaba de dos partes:
- Desarrollo de un tema escrito del temario (6 puntos).
- 2 pruebas físicas y 3 de habilidad deportiva (4 puntos):
- En las pruebas físicas de agilidad (circuito Illinois) y resistencia (2000 metros) existían unos baremos objetivos con tiempo y puntuación, pero la primera de ellas se realizó en una pista cuyo firme estaba en mal estado, lo que supuso que muchos opositores se lesionasen. Y en la segunda ha habido gran desigualdad en las condiciones de realización, dado que algunos/as opositores/as tuvieron que correr en horas centrales del día y con temperaturas de 33-34 grados, con el peligro que ello supone.
- Y en las de habilidad deportiva los/as aspirantes no tenían claro qué instrumentos de calificación se utilizaron para evaluar su actuación ni la puntuación para cada una de las 4 que componían esta parte.
Además, también es destacable en esta parte práctica que los/as opositores/as que aportaban certificados médicos relacionados con embarazos, lesiones, convalecencias u otro tipo de limitaciones de actividad física no han tenido una adaptación, como ha ocurrido siempre en anteriores convocatorias. Por este motivo no han podido realizar dichas pruebas en igualdad de condiciones.
Para superar la primera prueba era imprescindible obtener una calificación positiva en ambas partes, a) y b). Pero tal y como se rumoreaba, se aplicó un “cupo máximo” de aprobados, que fue de 20 opositoras/es. Solo hubo leves variaciones entre tribunales, ya que algunos lo redujeron a 19 o 18.
Posteriormente, los días: 10, 11, 12, 13 y 16 de Julio se procedía a la realización de la segunda prueba de la oposición, oportunidad para demostrar las cualidades docentes de cada uno de los opositores que habían estado trabajando duro durante todo un año o incluso más. Cuál ha sido la sorpresa al ver que en cada uno de los 7 tribunales que componían este proceso han aprobado exactamente el mismo número de personan: 6. Además, las notas son muy parecidas u homogéneas en cada uno de ellos (un 10 o un 9, 8, 7, 6 y 5), y en todos existe un gran grupo de notas suspensas cercanas al 5. Algo muy curioso, ya que han recibido una nota similar opositores que no habían preparado esta parte y otros que sí la llevaban muy trabajada.
Quienes superan esta segunda prueba de la oposición acceden a la fase de concurso, donde se bareman los méritos de cada aspirante y se suman a la nota total de la oposición. Sin embargo, es obvio que se ha aplicado un criterio no reflejado en las bases: que solo accedan a la fase de concurso 6 aspirantes por tribunal. Un cupo máximo de aprobados que vulnera los principios legales de independencia y objetividad de los órganos de selección, algo reflejado tanto en la convocatoria de las oposiciones como en el Estatuto Básico del Empleado Público. Este hecho tampoco ayuda a lograr la estabilidad laboral que se prometía a los interinos, ya que muchos se quedan fuera de esta segunda fase de concurso sin recibir la nota real con la que pasarán a la bolsa de trabajo, al igual que gente que iba a su primer proceso pero estaban sobradamente preparados para pasar y recibir una nota que les permitiese trabajar al año siguiente.
Desde el colectivo de opositores afectados por esta situación denunciamos la misma para hacer eco en los medios de comunicación y se nos ponga voz para acabar con estos “corralitos” que se forman y abogar por una oposición transparente.