El director de la Fundación Amancio Ortega ha denunció ante la comisaría de la Policía Nacional que un hombre estaba suplantando su identidad en A Coruña. Según los datos recabados por la policía, el hombre, de 27 años y de nacionalidad española, estaba contactando con varias consultoras y financieras para conseguir un puesto de trabajo. para ello utilizaba el nombre de Amancio Ortega y su fundación.
La identidad de Amancio Ortega suplantada
El joven, nacido en Galicia, quería conseguir un contrato con una empresa de renombre internacional. Para ello se hizo pasar por delegado de la Fundación Amancio Ortega. El modus operandi fue crear una cuenta de correo electrónico casi idéntica a la de la entidad gallega solo cambiando una letra.
Así, a través de esta cuenta mandaba como ‘director’ de la fundación correos a importantes empresas para que se contratara a su supuesto sobrino, el ahora detenido, mandándoles su currículum modificando su apellido.
Aunque el hombre consiguió pasar varias fases de los procesos de selección, finalmente no llegó a conseguir ningún contrato. El motivo, le pedían el DNI oficial.
Cambio de objetivo al no obtener resultados
Ante la falta de resultados y la frustración, cambió su objetivo. El gallego intentó obtener acuerdos de patrocinio con empresas de reconocimiento mundial del mundo automovilístico como BMW y Audi. El acuerdo consistía en utilizar sus vehículos a cambio del reconocimiento que a ellos les supondría el hecho de que la fundación hiciese uso de los mismos.
La Policía Nacional ha detenido al hombre como presunto responsable de un delito de estafa, usurpación de estado civil y falsedad documental por estos hechos.
El ahora arrestado, no tenía ni carné de conducir. Además, se comunicaba mediante teléfono o mediante cuentas de correo electrónico casi idénticas a las oficiales de la fundación a las que siempre incorporaba los logotipos de la misma.
El director de la Fundación Amancio Ortega lo descubrió
Pero la compañía automovilística sospechó porque normalmente los delegados de las fundaciones no son los que escriben para este tipo de patrocinios, sino sus representantes. Además, la forma de escribir los correos era directa, zafia y vulgar.
Asimismo, el delegado de esta fundación había denunciado en la provincia de La Coruña que una persona se estaba haciendo pasar por él. Habían llegado a su oído que una persona estaba contactando con responsables de diversas entidades financieras y consultoras internacionales.