Una entomóloga recuperó ‘pupas de díptero’ del cabello de la víctima que no habrían completado su ciclo si el cadáver no hubiera estado flotando en la superficie del pozo.
Cinco moscas, o más concretamente cinco “pupas de mosca”, ayudaron este martes a entender porque tanto la acusación particular como la fiscalía sostenían con tanta contundencia que José Enrique Abuín había regresado 20 días después de dar muerte a Diana Quer para lastrar el cadáver.
El Chicle negó haber vuelto a la nave de Asados y aseguró en su momento que lastró el cuerpo de la joven la misma madrugada del 22 de agosto del 2016 que desapareció la joven. Pero una entomóloga por videoconferencia desmontó completamente este martes su relato. Quedando nuevamente el autor confeso de la muerte de Diana expuesto a una nueva mentira.
Durante la autopsia, los forenses recuperaron de la melena de Diana cinco moscardas Synthesiomyia nudiseta en fase de pupa, un estadio concreto del desarrollo del insecto posterior al larvario y las enviaron a la entomóloga Concepción Magaña. La investigadora comprobó que “tres de esas pupas estaban muertas y las otras dos vacías”.
Es decir, que habían llegado a completar su ciclo biológico de “entre 20 y 22 días”. Como esa especie de mosca solo coloniza cuerpos muertos, y no pueden colonizar un cuerpo ni sobrevivir bajo el agua, es evidente que necesitaron al menos 20 días al aire, sobre la superficie del pozo.
Esas cinco moscas validan la tesis de la acusación y la fiscalía; y esa vuelta del acusado a la nave de Asados, donde comprobó que el primer lastre que había utilizado no funcionaba, el cuerpo de la joven flotaba en el pozo, y perfeccionó un artilugio más efectivo, logrando hundir el cuerpo de Diana los 497 días que permaneció bajo el agua.