Cómo suele ocurrir con los virus reales, una vez que aparece la primera cepa, comienzan a aparecer otras mutaciones, adaptaciones que mejoran las capacidades para infectar o evitar ser detectados. Esto es lo que ha ocurrido con el virus Wanna Cry responsable del ataque global de la semana pasada. Diversas fuentes ya han avisado de la aparición de nuevas mutaciones de Wanna Cry, el malware que aprovecha una vulnerabilidad de los sistemas operativos Windows para su propagación.
Esta vulnerabilidad era conocida por las agencias de inteligencia de USA y Microsoft había publicado un parche en marzo de 2017, pero por desgracia multitud de organizaciones, empresas y usuarios no habían instalado dicho parche. Y es que uno de los problemas con las actualizaciones de Microsoft es que suelen generar problemas una vez que los sistemas son actualizados, de ahí que muchos administradores de sistemas y usuarios decidan que «es mejor no tocarlo si funciona«. Cómo consecuencia de ello, muchos sistemas operativos no son actualizados de forma regular, siendo vulnerables a ataques como el de la semana pasada.
Pero en cualquier caso, lo recomendable es actualizar siempre y de forma regular, y más importante aún, no olvidarse de disponer de una copia de seguridad de los datos.
Más información: http://technet.microsoft.com/en-us/library/security/ms17-010.aspx
tbi