Una Sugar Baby es lo que en algunas páginas de contactos llaman un miembro atractivo, empoderado (casi siempre joven y femenino, porque en chicos es prácticamente residual por no decir inexistente) que tiene un gusto exquisito y un apetito por una relación que le permita disfrutar de la buena vida. «Ella» (sociedad machista aunque virtual), siguen definiendo estas páginas, no está limitada por las definiciones tradicionales de relación, es ambiciosa y aprecia el valor de Encontrar un miembro exitoso que puede ser un mentor/maestro, confidente, amigo y amante e incluso un socio comercial e inversor en su futuro.
Toda una declaración de intenciones, son citas impulsadas por objetivos y las estudiantes universitarias constituyen una parte importante de las «seeking», la otra parte no lo olvidemos son «prostitutas» profesionales, relaciones modernas con valores tradicionales (que puedan ayudarlas a properar).
¿Qué hay detrás de estas páginas de citas?
Detrás de tanto eufemismo: La prostitución encubierta que se reinventa y sofistica.
Los «Sugar Daddy» son hombres exitosos que saben lo que quieren. Y lo que quieren es disfrutar de una compañía atractiva a su lado, y lo primero que dejan claro es que el dinero no es un problema y que son generosos cuando se trata de apoyar a un bebé azúcar.
La relación que se establece entre la «Sugar Baby» y el «»Sugar Daddy» se llama «un arreglo» y su definición tampoco tiene desperdicio. Porque en el arreglo la gente es directa entre sí y deja de perder el tiempo, es decir, las personas explicitan lo que necesitan.
Quizá la falta de valores y la cultura de la inmediatez en que vive inmersa nuestra sociedad, tenga parte de culpa, pero lo que está claro es que no podemos consentir que se normalicen comportamientos inmorales que socialmente deberían ser reprobados.