Internet es un espacio de comunicación abierto que permite la transmisión de información, el debate y la puesta en común de opiniones, pero estas no siempre son positivas o constructivas. En los últimos tiempos, cualquiera que use Internet se habrá topado con una figura que forma parte indiscutible de foros y redes sociales: el trol.
Los troles ya no solo son criaturas fantásticas de historias de ficción. Según la RAE, un trol es un ‘monstruo maligno de la mitología escandinava que habita en bosques o grutas’, pero los troles de Internet son personas de carne y hueso. Utilizar este término para referirse a ellas, ya nos hace pensar que no es la mejor compañía para disfrutar en un entorno virtual y mucho menos para un menor de edad. Pero, ¿qué es un trol?, ¿es lo mismo que un hater?
Troles y haters en la Red
En el contexto de Internet, hablamos de troles para referirnos a personas que a través de mensajes, intentan molestar o provocar polémica en los debates que se generan en redes sociales, blogs, foros o cualquier espacio virtual que permita comentar u opinar. De este modo, la acción de trolear se refiere a la intervención de estas personas en un entorno digital, impidiendo el intercambio o desarrollo habitual de la comunicación.
Estos mensajes pueden ser ofensas directas o insultos, comentarios inapropiados, irrelevantes o que no tienen nada que ver con el tema inicial del debate. Por ejemplo, cuando un youtuber publica un vídeo en que habla del último videojuego que ha probado, un trol puede dejar varios comentarios con el objetivo de crear polémica o molestar: ‘vaya vídeo más estúpido’, ‘dejad de perder el tiempo, no tiene ni idea de lo que habla’, ‘odio este canal’, ‘a mi lo que me gusta es jugar a las canicas’, etc. Otro ejemplo lo podríamos encontrar en Twitter, si tras publicar un mensaje sobre la defensa de los océanos, el usuario recibe respuestas como: ‘qué tontería luchar por estas cosas’, ‘vaya mensaje más absurdo’ o ‘si os gusta este tema pasad por mí perfil donde encontraréis el enlace a mi libro’.
Estos comentarios generalmente llaman la atención del resto de la comunidad y del protagonista de la publicación, haciendo que se sientan molestos o incluso heridos, interrumpiendo el hilo del debate y generando respuestas inútiles o agresivas.
Habitualmente se utiliza la denominación trol o hater de manera indistinta, aunque existen ligeras diferencias entre ambos términos. El trol solo busca molestar, provocar o interrumpir el debate saludable. Mientras que la intención del hater es herir o hacer sentir mal a otro usuario en Internet.
Otra figura que genera malestar en estos entornos es el spammer, que interrumpe los debates con mensajes que publicitan algún contenido como, su propia página web o un producto, utilizando estos espacios de comunicación para llegar a cientos de usuarios.
En cualquier caso, nunca se trata de opiniones constructivas, que fomenten un debate saludable o que muestren un verdadero interés sobre el tema que se está tratando. Es importante diferenciarlos de aquellos usuarios que puedan tener una opinión diferente o que realicen una crítica provechosa sobre una publicación. Estos sí realizan un aporte positivo al debate y a la comunidad, siempre que los comentarios se hagan desde el respeto, de forma educada y coherente.
No todos los troles son iguales
Los mensajes ofensivos de troles o haters siempre nos llevan a hacernos la misma pregunta: ¿por qué lo hacen? Puede parecer que no tiene ningún sentido que alguien pierda el tiempo escribiendo comentarios despectivos sobre un tema que no le interesa, pero buscan una finalidad.
Existen diferentes tipos de troles, con motivaciones, métodos y objetivos distintos. En muchos casos, se trata de personas que buscan llamar la atención con estas conductas, que poseen una autoestima poco desarrollada y carecen de las habilidades sociales adecuadas para comunicarse con otras personas de forma saludable. Hablamos de aquellos troles que solo buscan interrumpir el debate, generar violencia, molestar a otros usuarios y hacer que la conversación gire en torno a ellos/as y sus comentarios.
Para ello, utilizan mensajes que resultan llamativos, ofensivos, provocadores o que se alejan evidentemente del tema inicial de la publicación. En ocasiones, como ya hemos comentado anteriormente, pueden buscar realmente herir y atacar a otros usuarios, haciéndoles sentir mal y humillándoles con críticas irrespetuosas o desmesuradas (‘te sobran unos kilos’, ‘¿te crees guapa?’, ‘en tu mensaje hay una falta, no sabes ni escribir’, etc.).
Otros, considerándose expertos en la temática central del debate, no toleran que otras personas tengan una opinión diferente o a su entender inferior, e insultan y ofenden impidiendo el debate provechoso o el aprendizaje. Su objetivo igualmente puede ser llamar la atención, o promocionar su propio contenido (‘pasaros por mi canal que mi vídeo es mejor’, ‘en mi perfil podéis ver contenidos de mejor calidad’, etc.).
Existen troles que tienen un objetivo ideológico, por lo que intentan promover determinadas convicciones o comunidades, a menudo radicales o extremistas. También podemos encontrar troles con una motivación comercial, que con sus mensajes buscan desprestigiar la marca o el producto al que hace referencia la publicación, y vender el suyo evidentemente (‘esa crema no vale para nada’, ‘en esta web podéis comprar otra mejor’, etc.).
Por último, mencionar que no siempre son personas reales las que están detrás de estos perfiles, si no que puede tratarse de robots o bots que reproducen mensajes de forma automática y que están controlados por profesionales u organizaciones. En cualquier caso, ya sea dentro o fuera de la Red, nadie tiene derecho a atacar y ofender a otra persona, pudiendo tener que enfrentarse a consecuencias legales
Cómo reaccionar de forma adecuada
Es normal que cualquiera de estos mensajes resulte molesto para el usuario, que está disfrutando de una red social o un foro sobre un tema que le interesa. Por eso, se suele contestar a sus provocaciones, intentando razonar con el trol, insultarle o hacerle sentir mal para que abandone la conversación. Pero en realidad estas reacciones solo ‘alimentan’ su conducta, ya que su objetivo era llamar nuestra atención, interrumpir el debate y generar odio. ¿Qué puede hacer un usuario, ya sea adulto o menor, frente a estos comentarios?
- Aprender a ignorar estas conductas: nunca se debe responder a estos mensajes, y lo ideal es eliminarlos o borrarlos lo antes posible para que el menor número de usuarios pueda visualizarlos.
- Asumir que ninguna respuesta cambiará la actitud del trol en el debate: ya sabemos qué motivaciones y objetivos se esconden detrás de un trol en Internet, así que debemos entender que responder es motivarle para que siga molestando y llamando la atención. Solo cesará en su empeño si percibe que no le prestan atención o que su comentario no ha surtido efecto.
- Comprender que ponerse a su nivel nunca es la solución: una conducta inadecuada nunca justifica una reacción inapropiada. Insultar, ofender o mostrarse agresivos contra el trol solo promueve el odio en Internet e impide mantener un clima positivo, saludable y enriquecedor.
- Conocer los mecanismos de denuncia y bloqueo: todas las plataformas y redes sociales que permiten la comunicación entre usuarios, poseen opciones para reportar la conducta inapropiada de un participante e incluso bloquearle, de forma que no pueda seguir publicando mensajes. Puede que una vez bloqueado, un trol reaparezca bajo otro perfil, por lo que será necesario repetir el proceso de nuevo. En cualquier caso, es posible contactar con los administradores e informar de esta actividad perjudicial para la comunidad, para que puedan tomar medidas como expulsar al usuario e impedirle el acceso. Podemos encontrar más información en los centros de ayuda y seguridad, como el de Instagram, YouTube, TikTok o Facebook.
- Recordar que siempre están a tu disposición servicios de ayuda como la Línea de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE 900 116 117 donde puedes resolver tus dudas cuando tengas un problema en Internet.
Cómo actuar frente a troles y haters
Los menores no deben perder de vista que el objetivo es evitar que estas conductas inapropiadas se repitan e interfieran en el debate. Si aprenden a reaccionar adecuadamente, a su vez están dificultando que un mensaje hiriente u ofensivo les produzca un daño a nivel emocional o psicológico.
Enseñar a niños y adolescentes qué es un trol, las motivaciones que hay detrás y cómo reaccionar de forma adecuada también es prevenir que se conviertan en futuros usuarios inapropiados. En definitiva, fomentando una comunicación adecuada en Internet estamos promoviendo valores positivos. Parte de este aprendizaje es poner en práctica día a día la reflexión y la capacidad de crítica, para que identifiquen cuando un mensaje es provocador o hiriente, pero también puedan tolerar y apreciar diferentes puntos de vista y críticas constructivas.
Insultar, ofender o mostrarse agresivos contra el trol solo promueve el odio en Internet e impide mantener un clima positivo, saludable y enriquecedor
Como en cualquier otro medio, deben aprender a convivir y relacionarse con todo tipo de personas, incluso aquellas que actúan de forma socialmente inadecuada. Su correcta reacción, sumada a las reacciones de los demás, es determinante para reducir y minimizar estas prácticas, y les ayudará a evitar los efectos negativos del contacto con estas personas.
Ahora contadnos en los comentarios, ¿consideráis que ‘trolear’ es una práctica habitual entre los menores?, ¿qué situaciones habéis experimentado con este tipo de usuarios? Podéis compartirlo con toda la comunidad de IS4K, ¡gracias!