En lo que podría ser un intento de tomar la delantera y evitar males mayores como la supresión total de la flota, Boing adopta una estrategia proactiva, recomendado la suspensión temporal de las operaciones de toda la flota del modelo 737 MAX.
Lo hacen según la compañía «por precaución y para tranquilizar» al público, porque aseguran seguir teniendo «plena confianza» en la seguridad del modelo. Mientras continúan haciendo «todo lo posible» por conocer la causa de los accidentes registrados por dos aviones Boeing 737 MAX el pasado domingo en Etiopía, que se saldó con 157 víctimas, y el pasado mes de octubre en el mar de Java, con 189 fallecidos.
La compañía, se encuentra en este momento intentando precisar la causa de los siniestros, para «implementar mejoras de seguridad y ayudar a garantizar que esto no vuelva a suceder».
El presidente de la compañía ha trasladado las «más sinceras condolencias» a las familias y seres queridos de aquellos que han perdido la vida en estos dos trágicos accidente.
Mientras tanto Boing continua desplomándose en la bolsa por la desconfianza generada en los espacios aéreos europeo y americano. El debate se focaliza ahora en tratar el asunto con la máxima prudencia, pues la responsabilidad podría venir por el incumplimiento reiterado de las obligaciones de revisión y mantenimiento de las aeronaves por parte de las aerolíneas.