Jaxon, un bebé de seis semanas, falleció después de que su padre, Robert Burnette de 21 años, le metiera los dedos por la garganta.
Primeramente, lo arrojó boca abajo encima de la cama. Y, posteriormente, le agarró del cuello para meterle los dedos. Todo ello, para que el niño dejara de llorar.
Mientras tanto, la madre del pequeño, Megan Hendricks, miraba sin intentar pedir auxilio ni impedirlo.
El hecho sucedió a finales del 2016, cuando el niño fue trasladado de urgencia con multitud de huesos rotos. Además de una hemorragia cerebral. Tras varias semanas hospitalizado en cuidados intensivos, falleció.
La Policía de St. Louis, calificó esta historia como la de mayor violencia y Burnette «ha sido diagnosticado con varios trastornos mentales». Ahora el padre se enfrenta a 30 años de prisión a partir del 29 de octubre después de admitir el abuso infantil.
La madre, Megan, por otra parte, se enfrenta al mismo cargo que su pareja por ser testigo de lo ocurrido, no avisar a las autoridades y por mentiras.