Hace unos días un antiguo trabajador de la ORA de León se ha puesto en contacto con Digital de León con la única finalidad de hacer pública su experiencia laboral. Quiere explicar a los leoneses cuáles son los motivos que llevan a muchos trabajadores de la ORA en León a actuar como lo hacen en su día a día.
Como no podía ser de otra manera este medio ha accedido a publicarlo por creer que se trata de una información relevante para la ciudadanía. No obstante, es necesario aclarar que:
Este medio no se hace responsable de las declaraciones realizadas por este extrabajador de la ORA de León.
La entrevista comienza ya desde un principio de forma dura y contundente , situando en el punto de mira al actual gerente de la ORA, al tiempo que aclara que los trabajadores de la ORA, o como coloquialmente se dice » ZONA AZUL«, no reciben comisión alguna por poner multas a los usuarios.
«Los trabajadores de la ORA en León no reciben comisiones por poner multas»
Nuestro interlocutor, al que vamos a llamar Martín a pesar de que insiste en que pongamos su nombre y apellidos, responde a una serie de preguntas que van a aclarar ciertos comportamientos de los trabajadores de la ORA.
«Sabemos que la mayoría de los leoneses no nos tienen gran estima».
Esto es así porque no se entiende su forma de actuar que, en muchas ocasiones, deja bastante que desear. Y, ¿por qué? ¿Por qué los trabajadores de la ORA tienen ese comportamiento con las personas que estacionan sus vehículos en la «ZONA AZUL«? ¿Por qué, según parece, son tan poco indulgentes? Porque la sensación que nos da a todos los leoneses es de «persecución» a los usuarios con el único fin de recaudar.
«Hace años la empresa contaba con un gerente «normal», un gerente que se hacía respetar y respetaba tanto a los usuarios como los derechos de los trabajadores. Pero todo cambió en año en que la empresa tomó la decisión de un cambio en su gerencia».
«Desde el momento en el que el nuevo gerente de la ORA en León asumió el cargo comenzaron los cambios y medidas que afectarían tanto a los usuarios como a los trabajadores de la ORA en León».
«LAS COSAS VAN A CAMBIAR»
El nuevo gerente comenzó su «gobierno» con la frase «Las cosas van a cambiar», un gobierno de cambios, un gobierno que afectaría tanto a los trabajadores como a los conductores de León, un gobierno que, aunque generaría un ahogo por parte de usuarios y empleados, llenaría las arcas sin importar las consecuencias.
«Aquí venimos a poner denuncias»
«Esta frase, «aquí venimos a poner denuncias», la repite todos los días a los trabajadores». Le preguntamos si sabe por qué hace esto cada día de trabajo: «Es con el fin de concienciarnos el gerente de que nuestra labor es «recaudar«».
Desde el primer momento comenzaron los cambios: «Nos obligó a quitar los calendarios y cualquier póster que tuviéramos en las paredes del vestuario». «Cambió todas las rutas con el fin de «pillar» a los usuarios desprevenidos para que pagasen desde el minuto uno».
«Nos modificó las horas de fichaje para también «pillar» al usuario, porque así no tendrían esos 10 o 15 minutos de margen desde que los trabajadores salíamos desde la base a la ruta designada».
«Yo por las buenas soy muy bueno, pero por las malas soy un hijo de puta»
«Ésta es otra de las famosas frases del gerente, la utilizó en su presentación. Podéis preguntar a cualquiera de los empleados, seguro que la recuerdan«.
Las zonas que están fuera del perímetro de la «zona azul» de la ORA en León
Este tema es también muy polémico y muy comentado por los leoneses.
«¿ Y me pueden multar si estaciono mi coche en un vado, en un paso de peatones, en una parada de autobús o en un estacionamiento para motos?»
«Claro que nos manda multar, aunque no lo podamos hacer nosotros, los controladores de la ORA. Nosotros ni somos ni pertenecemos a ningún organismo oficial con autoridad para hacer eso. A pesar de ésto, a pesar de no ser legal el gerente nos obliga a ello».
PRESIÓN PSICOLÓGICA
«La presión psicológica, el acoso al que se nos somete por parte de los inspectores y vigilantes, a los que él mismo vigila para asegurarse de que nos controlan, forman una cadena de presión con la que es muy difícil y complicado trabajar. Eso sin tener en cuenta que los ciudadanos nos lanzan reproches, insultos e, incluso, a veces nos agreden porque, desgraciadamente, o cumplimos con las normas del gerente o nos despide».
NORMAS EXTREMAS
A los trabajadores de la ORA en León no les está permitido fumar en la calle porque «es su lugar de trabajo», ni tan si quiera cuando han tomado un café en una cafetería.
«Los días de lluvia son una auténtica pesadilla. No nos está permitido meternos en un establecimiento o cafetería, tenemos que estar refugiados en un garaje de pié sin movernos durante toda la jornada laboral y, si llueve poco, utilizar unas bolsitas de plástico y seguir colocando multas».
«Las mujeres y los hombres deben recogerse el pelo y no nos está permitido subirse las mangas aunque estemos a 40º porque es un motivo de sanción».
Los trabajadores no pueden encontrarse con alguien por la calle y pararse a hablar porque si el gerente les ve pueden ser sancionados, al igual que si se encuentran con otra pareja de compañeros y se paran a hablar entre ellos.
Los puntos negativos
Los empleados disponen además de un listado de acciones que conllevan puntos negativos que, si alcanzan un determinado número, conllevan sanciones, algunas incluso pueden ser despidos.
- Reunirse en una esquina cuatro o más controladores.
- Tomar un café más de 15 minutos, ni un minuto más.
- Hablar por el móvil.
- Fumar.
- Entrar un momento en un establecimiento, tienda, portal…, aunque sea para ir al baño.
- No denunciar.
- Llevar algo llamativo en el pelo.
¿Cómo se organizan las parejas de trabajo?
«Las parejas de trabajo son aleatorias. Una pareja de trabajo no debe ir siempre junta por la misma acera, debe cada uno ir por una acera de la misma calle para poder abarcar más vehículos en el tiempo y además no permitir al usuario, o por lo menos dificultarle, que pueda calcular el tiempo que tarda un controlador de la ORA en pasar de nuevo por un punto».
¿Existen puntos o calles estratégicas?
Existen calles o puntos denominados como «estratégicos» en los que en ningún caso la pareja puede ir junta. Son zonas de mucha afluencia de usuarios de «zona azul» donde se les ordena que los controlador vayan cada uno por una acera para que el número de multas sea mayor.
La «famosa bolita del gerente»
Posiblemente los que lean esta entrevista no sepan de qué hablamos o les suene a broma. Para «algunos» trabajadores de la ORA les aseguro que es una gran preocupación.
«El gerente tiene en su pantalla del ordenador una bolita que marca el número de denuncias que hacen los trabajadores. Si un trabajador de la ORA, por los motivos que sean, no pone un número determinado de denuncias, la bolita sube. Es entonces cuando el gerente llama al empleado y le «informa» que, si la bolita no baja, se atendrá a las consecuencias, así que con mano izquierda deberá poner más denuncias».
Los enlaces sindicales
«Los enlaces sindicales apoyan a sus compañeros, pero con miedo, y hasta donde pueden, porque, a pesar de no estar de acuerdo con muchas de las normas impuestas por el gerente, poco pueden hacer».
Los vehículos de los trabajadores de la ORA
Los trabajadores no disponen de ningún tipo de beneficio o privilegio a la hora de estacionar sus vehículos. Estos tienen, al igual que el resto de los ciudadanos, que pagar por aparcar en la zona azul.
«Antes de existir las aplicaciones móviles, uno de los principales problemas de los controladores era el no poder estacionar nuestros coches en zona azul ya que no podíamos volver cada dos horas para cambiar el ticket. Igual estamos estamos trabajando en la Plaza de Toros o en el Corte Inglés y hemos dejado el coche en Cardenal Lorenzana que es el punto de salida, no el punto de reclamaciones».
«En algunas ocasiones hemos tenido, explica Martín, que dejarnos dinero unos a otros para poner los tickets en los coches, porque si coincide que los que van detrás de nosotros vigilándonos ven uno de nuestros coches sin el papelito, colocarán una multa a un compañero y si éste no lo viera pero el gerente sí, la multa estaba asegurada».
Las ¿averías? de las máquinas expendedoras
Martín, con mucha indignación, nos traslada un hecho que ocurría con demasiada frencuencia.
«Algo que sucedía de forma repetitiva era una «avería» que tenían las máquinas expendedoras antiguas. Pero nos llamaba la atención a todos los compañeros el hecho de que ésto ocurría «algunos días» y «por tramos de tiempo».
«Cuando a un usuario de la zona azul se le multa tiene un plazo de tiempo de 10 minutos para anular la multa. La forma de hacerlo es muy sencilla. Existe un botón de anulación en cada máquina expendedora donde pagando 1,80 euros pueden anularla. Ese ticket de anulación, junto con el de estacionamiento y el boletín de denuncia se mete en un buzón que tienen los parquímetros o nos lo pueden dar a nosotros».
«Como decía «algunos días» el botón de anulación no funcionaba por lo que al usuario le resultaba imposible anular la multa. Lo curioso del caso es que tampoco funcionaban ninguna de las máquinas expendoras de la zona».
«Entonces tenía que ir probando máquina por máquina hasta encontrar una que funcionase. El problema es que, cuando conseguía encontrar una, el plazo de los 10 minutos había finalizado porque muchas veces tardaba más 30 minutos en encontrar una que funcionase. Así era «imposible» que la multa la anulara, por lo que el importe que tenía que pagar era mucho más alto.»
«Tanto a mí como a muchos, no todos, de mis compañeros nos cabreaba muchísimo esta situación. Y, como el lógico, si el usuario nos encontraba a alguno volcaba su enfado con nosotros. De verdad que «me jodía» mucho».
Agresión a un controlador de la ORA
Martín finaliza su entrevista exponiendo cuál fue para él la gota que colmó el vaso.
«En la zona del Centro Comercial León Plaza coloqué una denuncia a un vehículo por incumplimiento. El hombre al que coloqué la denuncia en su vehículo me llamó hijo de puta y muerto de hambre».
«El conductor, un pintor, subió a la furgoneta y me atropelló a propósito. Estuve tres meses con collarín, una fuerte conmoción y algunas otras lesiones, y la empresa no hizo nada de nada con la excusa de que el abogado de la empresa había fallecido«.
«Me gasté 4.000€ aproximadamente en abogados, etc… porque no recibí apoyo alguno de mi empresa que, además, me indicó que contratase un abogado privado a pesar de ser un incidente laboral, 4.000€ que nunca me devolvieron».
Este medio entiende que todo lo anterior adquiere un especial significado si tenemos en cuenta que la ORA pertenece en un 51% al Ayuntamiento de León, que ha dejado en manos privadas la gestión de la misma, desentendiéndose absolutamente de su real funcionamiento.
De todos es sabido que la gestión privada lo que tiende no es a cumplimentar un servicio público, sino a recaudar.
Como no puede ser de otra manera, Digital de León se puso en contacto con la empresa para conocer su versión dándole así el derecho a réplica.El propio gerente no quiso hacer declaración alguna al respecto.
Eso sí, nos consta que en el día de ayer, tras recibir nuestra llamada, reunió a la plantilla con fines que, en otro momento y en función del desarrollo de la noticia, les iremos comentando.
Firmado: Digital de León