First Dates protagoniza el momento más guarro de la historia de su programa.
Silvia, tatuadora alicantina de 27 años, nos dejó a todos con la boca abierta. «Mi almeja está ahora mismo así…, pero puede que si te lo curras un poquito… ¡Plin!» y en ese momento abre una almeja que tenía en el plato.
Se hace llamar «La Gitana Satánica» y frente a ella, Rubén, un chico de 26 años, de estética heavy y que sin ningún pudor le seguía el juego.
La cosa empezó al poco de iniciar el contacto. Silvia lanzó un estrepitoso eructo y dejó claro que sentía debilidad por «las travestis cubanas heavies».
Y en ese momento llegó la camarera rusa del programa, Yulia Demoss, con unas almejas.
Y con los bichitos llegó la fiesta de dos rombos:
– Silvia. A ver si quieres chupar alguna (almeja).
– Rubén. Jajajajajajajaja
– Silvia. La más gorda. ¿Es una indirecta?
– Rubén. ¡Tú qué crees! Pues sí. Pero es que me miras con esa cara…
– Silvia. De curiosona…
– Rubén. Y cualquiera diría que estás desesperada…
– Silvia. Estoy desesperada… pero por irme a mi casa.
– Rubén. (Deja la concha de la almeja en el plato de ella).
– Silvia. Y me la dejas en el plato… ¿Qué desfachatez es esa?
El chaval parecía encantado: «Está más en el bando descarado que en el femenino, pero tiene un encanto que no todos pueden llegar a apreciar«, aseguró Rubén.
Llegó el cénit de la noche. Silvia cogió una almeja cerrada y, con un cuchillito, la abrió sugiriendo a su cita la siguiente escena:
-Silvia. Mi almeja ahora mismo está así…
– Rubén. Cerrá…
– Silvia. Pero puede que si te lo curras un poquito… ¡Plin! (abre la almeja) menos mal que no está vacía...
– Rubén. ¿Es una indirecta?
– Silvia. Tú qué eres… ¿Tó pulpaco?
– Rubén. ¡Hombre, por favor…!
– Silvia. Mira lo que gotea aquí… justo.
– Rubén. ¿Está bueno?
– Silvia. Tú sí que estás bueno… de espaldas
– Rubén. Vale, y a cuatro patas contra la pared.
Durante la cena las risas estuvieron presentes, pero ¿habría saltado la chispa?
«No tendría una segunda cita con Rubén porque somos más colegas de oficio y beneficio, y de golfeo y cachondeo… pegamos como supercolegas pero no como pareja», argumentó ella, ante el gesto afirmativo de él, que apostillo que «para tomar unas birras…».