Está claro que nuestros políticos, lo de nuestros es un decir porque para ellos somos nosotros de su propiedad, viven en un mundo paralelo. Debe ser por eso que dicen del «síndrome de la Moncloa», además de otros «síndromes» que ya traen de serie, como los coches, pero no nos vamos a meter en esos jardines que para esto ya hay profesionales especializados.
Viven ahí, en su burbuja, sin tener ni idea de lo que se «cuece» en el día a día de cualquier españolito de a pie. Y hablo de TODOS, sin excepción. De vez en cuando «se dignan» a pisar tierra y mezclarse con la plebe.
Lo que conocen de este terrenal mundo es lo que les «cuentan» sus asesores, que se dedican a leer la prensa y visitar Internet a ver si «pillan» algo interesante y candente que contar al Presi de turno para mantenerle al día.
Y digo esto porque, si es cierta una noticia que está haciendo arder las redes, es para comer cerillas.
Según cuentan, Rajoy este fin de semana estuvo de visita en Logroño, no porque tenga especial interés en conocer la geografía española, sino porque las elecciones les empiezan a pisar los talones, hay que apoyar a los candidatos de turno y hacer el paripé.
En el tour que le tenían preparado debía pasearse por la plaza de abastos. Pues el hombre, suponemos que con toda su buena intención, se paró en uno de los establecimientos, concretamente en una frutería. Mostró bastante interés por el género, sobre todo por el «origen» de las diferentes frutas. En un momento dado se fijó en unas peras y unas manzanas, asegurando: «Éstas, éstas sí son de La Rioja. La manzana y la pera sí que son. ¿Y los aguacates?«
Teniendo en cuenta su «humor gallego» queremos pensar que se trataba de una broma porque claro, el clima de La Rioja es de todo menos tropical.
Y esta «anécdota» me recuerda a Zapatero, cuando en el año 2007, en un programa de televisión española («Tengo una pregunta para usted») un ciudadano le preguntó: «¿Cuánto vale un café en la calle?», a lo que Zapatero le contestó: «Ochenta céntimos, aproximadamente». Jesús Cerdán, que así se llama el que hizo tal pregunta, se quedó ojiplático ante la respuesta, añadiendo: «No, eso era en los tiempos casi del abuelo Patxi». Y ahí quedó patente que a Zapatero le invitaban siempre a tomar el cafelito. Es lo malo que tienen las hemerotecas, que todo queda ahí guardadito, para pesar vuestro.
No sabemos si lo de Mariano ocurrió de verdad, porque con las cosas que corren por las redes ya sabemos que hay que ponerlas en cuarentena, pero sea como fuere, me mantengo en la afirmación: Los políticos viven en un mundo paralelo al resto del mundo mundial.