¿VILLALAR UNA FIESTA?
¿EN LEÓN?
El problema de esta Comunidad es que, como es un invento histórico, todo en ella resulta falso y forzado. Los leoneses no sienten en absoluto que la fiesta de la Comunidad sea su fiesta, en la misma medida que rechazan la propia Comunidad.
Al margen de referencias históricas justificativas de Villalar y la revuelta Comunera, adornada de éticas sociales inexistentes y redenciones de Nobles, no del pueblo, la fiesta de la Comunidad de Castilla y León viene cada año a significar, y poner negro sobre blanco, que no existe sentimiento de tal comunidad, especialmente en la Región Leonesa. Eso sí, los políticos de turno, vasallos de los grandes partidos y de los nuevos, acuden a la Campa a hacer como si fuera fiesta y como si esa fiesta representara algo relativo a una comunidad híbrida, inventada y estúpidamente defendida por los castellanos.
En Villalar ondean banderas, también inventadas, con fondo morado y un castillo enclaustrado en una estrella. La bandera de León no aparece como tal porque no puede estar allí, porque León no es Castilla y porque Castilla no es León.
En fin, para los habitantes de la Región Leonesa, el 23 de abril es un día no laborable, de compras, de excursiones y de vacación, no de fiesta sentida en modo alguno. Y cada vez más, sobre todo cuando el estúpido Director de la Fundación Villalar, ajeno a este sentimiento leonés de rechazo y desprecio a la fiesta de Villalar, dice en una rueda de prensa que una posible Autonomía Leonesa es “historia ficción”, olvidando que cayó el muro de Berlín.
Esta Comunidad y Villalar sí que son una ficción histórica, que cada año se escenifica el 23 de abril en una pradera cerca de Tordesillas, con música, panderetas, gaitas y tamboriles, compitiendo con música alternativa, ajeno todo ello a cualquier espíritu comunitario.
Los leoneses, que no celebramos derrotas, el 24 de abril honramos, por ejemplo, el primer Alzamiento Nacional contra los franceses en el corral de San Guisán en 1808, antes del 2 de mayo madrileño. O las Cantaderas, para rememorar la batalla victoriosa contra los moros que libró a León del Tributo de las cien doncellas o las cabezadas, y tantos otros hitos históricos que son dignos de ser celebrados por reflejar un espíritu colectivo como pueblo. Los curas pretenden en esas fiestas seguir defendiendo que los tributos que se ofrecen a la Virgen blanca son una obligación, mientras el pueblo leonés afirma cada año que son una ofrenda voluntaria y no se apea del burro ante el clero. Y así durante siglos. Por el contrario, Villalar y su fundación tienen que gastarse mucho dinero en la propia fiesta y en convencernos de que es nuestra fiesta. Historia ficción.
El lunes será fiesta en Villalar, oficial, pagada con dinero de todos, absolutamente ajena a cualquier sentimiento leonés. Y ellos, que lo saben, seguirán gastando dinero en hacer Comunidad contra el sentimiento de la gente, incluso de los castellanos. Una auténtica burla histórica, consecuencia de que esta Comunidad ¡ES MENTIRA!