La cadena de jugueterías Toys «R» Us estudia su viabilidad en España así como la posibilidad de vender el negocio en el país, donde cuenta con 53 tiendas y 1.600 empleados, según datos de la compañía, que hasta ahora descartaba que su quiebra en Estados Unidos y Reino Unido afectará al mercado español.
Acuciada por su elevada deuda y la presión de los operadores por internet, en septiembre del año pasado presentó protección por bancarrota en Estados Unidos y Canadá y en febrero inició un proceso de insolvencia en Gran Bretaña.
Ahora ha solicitado al Tribunal de Quiebras en Estados Unidos que la autorice a cerrar sus tiendas en el país, y ha anunciado que está llevando a cambio una reorganización y un proceso de venta para sus operaciones en Canadá, Asia, Alemania, Austria y Suiza.
Dentro de esta reorganización, está negociando la posibilidad de que 200 tiendas de Estados Unidos sean operadas por Canadá, aunque, por el momento, ha pedido poder liquidar el inventario de dichos establecimientos.
En el resto de países en los que opera, como Australia, Francia, Polonia, Portugal y España, «se están considerando otras opciones, entre las que se incluye una posible venta de cada uno de estos mercados», en los que, por el momento, las tiendas funcionan con normalidad.
«Estamos trabajando, en estrecha colaboración con nuestros asesores, para alcanzar medidas que nos permitan preservar la continuidad de nuestra actividad en España, así como los intereses de nuestros colaboradores y empleados», ha afirmado el director general de Toys «R» Us en España y Portugal, Jean Charretteur
Según Toys «R» Us, la empresa, que comenzó a operar en España en 1991, trabaja para minimizar el impacto de la situación actual en los mercados internacionales y está implementando un acuerdo de servicios de transición y desarrollando planes «para una posible función de servicio compartido» que respalde las operaciones en el futuro.
Desde que estalló la crisis en Estados Unidos, Toys «R» Us había asegurado que el proceso no afectaba a España, donde mantenía inalterados sus planes de expansión a cinco años.
En una entrevista con Efe en octubre, Charretteur aseguró que la compañía mantenía su apuesta por España y afirmó que todas las tiendas en el país eran rentables.
Dicho plan pasaba por renovar las tiendas existentes, así como por abrir nuevas, fundamentalmente en ciudades de menor población que hasta ahora, mejorar en comercio electrónico y omnicanalidad y reforzar su negocio de puericultura.