Yuri colgó las botas este miércoles en el partido homenaje que le realizó la Deportiva en El Toralín
Hablar de Yuri de Souza significa hablar de una leyenda en El Bierzo, siendo el futbolista emblema de la Deportiva durante las 15 temporadas donde defendió el escudo y portó el brazalete de capitán del equipo de su vida. Un total de 511 partidos, donde anotó 197 goles, que le permitieron convertirse en el máximo anotador de la historia de la Ponferradina, corroboran su importancia en un club donde todos le recuerdan con cariño y lamentan su retirada a pesar de que ya tiene 42 años y supo ‘echarse a un lado’.
Fue en la tarde-noche de ayer, en El Toralín, cuando se pudo despedir del fútbol frente a su fiel afición. En un partido donde vistió la elástica de la Deportiva y la del Pontevedra, que fue el primer club en el que militó en España, los aficionados no se cansaron de aplaudir a su leyenda que, a día de hoy, se encuentra trabajando en la parcela de la dirección deportiva junto a José Sietes.
Un adiós que dolió a la afición de una Deportiva que vio como su leyenda colgaba las botas de manera definitiva, a pesar de que ahora compite en la Kings League con el Rayo de Barcelona. Las lágrimas de Yuri, al término del encuentro que se saldó con un 4-3 donde anotó tanto él como sus dos hijos, Lyam y Aryán, demuestran por qué, un futbolista nacido en Maceió se ha convertido en leyenda de la Ponferradina llegando incluso a ser elegido como Hijo Adoptivo de El Bierzo.