Los nuevos autobuses eléctricos producen aún más problemas al servicio, toda una agonía en un servicio con una falta total de mantenimiento
El servicio de autobuses en León es un desastre. Así lo vuelve a poner en evidencia Comisiones Obreras de Alesa S.A. El sindicato asegura que «hemos alertado, al parecer infructuosamente, al Ayuntamiento sobre la deriva perniciosa que está adquiriendo el servicio público de autobuses urbanos de la ciudad». En este sentido apuntan a la «inacción de la concesionaria» que no termina de solventar los problemas incluso después de la «gran inversión para la modernización de la flota del servicio». Una agonía de un servicio que empeora cada día. La falta de mantenimiento en todo el servicio es la agonía constante de un servicio que cae en picado.
Mucho autobús nuevo y modernización de la flota pero la «falta de previsión o de tiempo» continúa siendo la escusa ante los problemas. Una situación que, según denuncia CCOO, causa problemas en el desarrollo y eficacia del servicio que carece de mantenimiento.
Uno de los principales problemas en estos momentos tiene que ver con las instalaciones del servicio vinculados a estaciones de carga deficientes, con cargadores a medio montar, incluso algunos sobre palés de madera. Actualmente solo se pueden cargar dos vehículos eléctricos simultáneamente, por problemas de potencia y también burocráticos. «A esto hay que unir una deficiente ordenación del patio, incluso por la ubicación de dichas electrolineras, teniendo que hacer multitud de maniobras que pueden suponer una ingente cantidad de siniestros para los nuevos vehículos de la flota» afirma CCOOO. «Puestos de recarga vacíos, ya que solamente se pueden repostar dos autobuses a la vez por insuficiente potencia» añaden.
A esto hay que añadir las maniobras «constantes y peligrosas» que hay que realizar para estacionar los nuevos buses eléctricos, dada la escasa organización
del patio respecto a las nuevas tecnologías introducidas
Sobra señalar la insistencia de la Concesionaria en un mantenimiento insuficiente e ineficaz, ampliamente denunciado, que propicia casi a diario, problemas en el desarrollo y ejecución del servicio (averías constantes, retrasos, sustituciones de vehículos…). A lo que hay que sumar la inaceptable descarga de nuevas atribuciones laborales para los conductores (carga de vehículos, supervisión de baterías, reordenación constante del patio de autobuses…) ligada a la amortización de puestos de trabajo vinculados a este, contemplados en pliego.
Una situación que aún se agrava con los problemas de comunicaciones que ralentizan el servicio: de un lado la sustitución del sistema de antenas en las instalaciones, por otro más limitado e inapropiado que provoca graves desajustes en el toma y deje del servicio, produciendo el incumplimiento de acuerdos bilaterales entre empresa y trabajadores. A éstos hay que unir, los vinculados al SAE, con constantes caídas en la red, introduciendo efectos perniciosos para la información al usuario. Incluso se suceden en la propia aplicación Buskbus, la cual lleva tiempo sin dar información relativa a la situación de los autobuses y los tiempos por parada. Todo ello pone de relieve la escasa efectividad de un sistema de ayuda a la explotación, ya vetusto, que además nunca se ha desarrollado de manera efectiva ni se ha aprovechado todo su potencial.
Para colmo, las pantallas informativas a bordo de los buses no funcionan en varios autobuses. La nueva antena de comunicaciones para todas las cocheras. Su cobertura solo abarca la pequeña zona inmediatamente cercana a la misma.
En segunda instancia, a título informativo y desde la óptica profesional del puesto de conducción, advertir que los trabajadores encuentran grandes diferencias entre los nuevos modelos de vehículos eléctricos introducidos en la flota, hasta ahora homogénea, coincidiendo en su totalidad en los problemas encontrados en la prestación del servicio con el modelo Irizar eléctrico (largo), sin entrar en valoraciones de tipo pecuniario o estéticas, parece que su diseño obedece a finalidades muy concretas dentro del transporte colectivo de pasajeros y alguno de sus elementos estructurales (pilares en el puesto de conducción), inciden negativamente en la visibilidad y percepción del entorno, del tráfico y de los peatones, concibiéndolos de este modo como peligrosos (sobre todo para las líneas donde más se callejea), susceptibles de sufrir percances y accidentes.
En definitiva, el nuevo vehículo eléctrico Irizar presenta graves problemas en el desarrollo del servicio.