La joya escondida bajo el suelo de Castellón: el río subterráneo y navegable más largo de Europa
Las Coves de Sant Josep son el río subterráneo navegable más largo de Europa con más de tres kilómetros de río en el corazón de la Vall d’Uixó, en Castellón. Aunque hay indicios de que se conocen desde el Paleolítico superior y es razonable pensar que fue un lugar explorado por íberos, romanos, godos, andalusíes y cristianos, no es hasta el siglo XIX cuando encontramos los primeros testimonios sobre las cuevas.
Parece ser que, durante la verbena de la Festa de les Flors, los más atrevidos de entre los vecinos que se reunían alrededor de la fuente de San Josep se adentraban en la cueva. Pero la primera expedición conocida fue en 1902. En 1915, los expertos empezaron a cartografiar las cuevas. No obstante, sería los vecinos los que, progresivamente, fueron consiguiendo ir más allá. Años después, en el 1929, un vecino murió tratando de superar la galería de los sifones.
En las siguientes décadas, se construyó una presa para regular el caudal del río, se agrandó la Boca del Forn con barrenas y se empezaron a realizar viajes en barca. De esta forma, cuando los primeros espeleólogos modernos llegaron a la Vall d’Uixó a lo largo de la década de los 50 y confeccionaron el primer plano topográfico de la cueva, buena parte del trazado era bien conocido.
Ya en los años 60, con la utilización de la dinamita, se abrió el paso de la galería de los sifones: lo que permitió que se encontraran el resto de las grutas que hoy conforman dos kilómetros y poco de los tres que se han descubierto. Sin embargo, esos tres kilómetros no agotan las cuevas en sí. Hasta la fecha, como decía, nadie conoce el inicio del río, ni su final.
Solo se puede recorrer un kilómetro, de los cuales pueden ser 800 metros en barca y unos 250 por una galería seca. El resto de esas enormes galerías de roca caliza no están accesibles para el gran público.