Los cristales de colores brillan al sol en un espectáculo mágico
Pensar en playa es pensar automáticamente en arena y agua. Sin embargo, hay singularidades de algunas playas que las hace únicas. En Asturias hay una sorprendente playa cubierta por cristales de colores en lugar de arena. Miles de hermosos cristales de colores cubren una enigmática playa asturiana. Es la playa del Bigaral en Antromero en Luanco.
Se trata de una pequeña cala de 70 metros de largo, apenas conocida, pero que resulta muy llamativa por sus millones de cristales de colores. Es la singular playa de los cristales.
La historia de esta playa es triste al tiempo que singular. Este lugar fue un vertedero durante décadas. Aquí se vertían los residuos de vidrio. La magia del mar actuó y marea tras marea transformó el vidrio convirtiendo la playa en un singular lugar cubierto de millones de cuentas de cristal pulidas y redondeadas.
En días de sol esta playa brilla entre reflejos. El problema para los habitantes del lugar es que la belleza de este lugar se pierde a consecuencia de la acción de los visitantes que se llevan los cristales de recuerdo.