Nueve grupos ultra «de riesgo» permanecen activos en el fútbol español, seis de ellos en Primera División, dos en Segunda y uno en Segunda División B, según el listado que la Comisión Estatal contra la Violencia en el Deporte hizo llegar a los clubes a finales de 2017.
El apuñalamiento anoche en los alrededores del estadio Wanda Metropolitano de un aficionado del Atlético de Madrid y la posterior detención de su presunto agresor, también del mismo club y miembro de Suburbios Firm -una facción expulsada del Frente Atlético-, ha vuelto a poner de actualidad la situación de los grupos organizados de seguidores violentos de los equipos de fútbol.
El último diagnóstico oficial disponible sobre la situación de estos grupos, el de la comisión estatal de octubre del año pasado para la temporada 2017-2018, habla de seis grupos ultra en Primera División: Frente Atlético (Atlético de Madrid), Riazor Blues (Deportivo de La Coruña), Biris Norte (Sevilla), Malaka y Frente Bokerón (Málaga) e Iraultza (Alavés).
Además, el registro de la comisión encargada de erradicar la violencia en el deporte cita los grupos Avispero y Ligallo Fondo Norte (ambos del Zaragoza pero con ideologías enfrentadas), en Segunda División, y Jove Elx (Elche), en segunda B.
La comisión comunicó a la Real Federación Española de Fútbol para su traslado a los clubes el listado «provisional», ya que la intención es revisarlo periódicamente, de lo que denomina «grupos de seguidores considerados radicales y/o violentos» para que los equipos adopten las medidas necesarias para evitar cualquier forma de promoción o visibilidad de estos grupos, tanto en encuentros en los que el equipo actúa como local como en calidad de visitante.
De todos ellos, es el Frente Atlético el grupo más numeroso y algunos de cuyos integrantes más violentos se han visto envueltos en varios incidentes de gravedad en los últimos años.
Los más graves, la muerte del aficionado de la Real Sociedad Aitor Zabaleta en las inmediaciones del estadio Vicente Calderón de Madrid, el 8 de diciembre de 1998 (asesinato por el que llegó a estar investigado el detenido hoy, aunque posteriormente se archivó la causa), y la de Francisco Javier Romero, Jimmy, miembro de los Riazor Blues -ultras del Deportivo de La Coruña- en una reyerta multitudinaria con integrantes del Frente Atlético.
La connivencia o cuanto menos tolerancia de algunos clubes de fútbol con sus aficionados más violentos permitió el desarrollo de estos grupos, especialmente en el década de los noventa, aunque progresivamente se han ido produciendo avances como la práctica desaparición de algunos de los más famosos y violentos como los Ultras Sur, del Real Madrid; los Boixos Nois, del Barcelona, o las Brigadas Blaquiazules, del Espanyol.
La mayoría de estos grupos tienen ideología ultraderechista, aunque también los hay de extrema izquierda como los Bukaneros, del Rayo Vallecano.
Aunque, al igual que los Bukaneros, que no figuran en el último listado de grupos «de riesgo», los Yomus, del Valencia, han aparecido relacionados con recientes incidentes violentos como los ocurridos el 9 de octubre en el Día Nacional del País Valencià y por los que varios de sus cabecillas fueron detenidos.
La carga política de esas bandas pesa en la mayoría de las ocasiones más que el pretendido «amor a los colores» del club y lleva a que se aficionados de un mismo equipo se enfrenten entre sí, demostrando que el fútbol es una mera excusa para sus acciones violentas.
Un ejemplo son los dos grupos ultra del Real Zaragoza, los Ligallo Fondo Norte (ultraderecha) y Avispero (extrema izquierda) que frecuentemente protagonizan peleas entre ellos.