Se ha generado una gran polémica por el cese del organista de la Catedral de León que asegura que le expulsaron de forma violenta
Francisco Javier Jiménez Martínez, organista titular de la Catedral de León, dejará su cargo el próximo 23 de junio tras tres años de servicio, en medio de una polémica que lo enfrenta a su antecesor, Samuel Rubio. La designación de Jiménez generó controversia desde el principio, ya que Rubio expresó su desaprobación al nombramiento, argumentando que el granadino no era su candidato preferido y no consideraba adecuada su elección para la responsabilidad.
Ahora, tres años después, la disputa entre Rubio y Jiménez se ha avivado nuevamente, esta vez relacionada con el cese del organista titular. Según informa el Diario de León, Francisco Javier Jiménez ha dejado constancia en una carta de despedida que su antecesor, Samuel Rubio, ha logrado salirse con la suya.
La carta de despedida revela un enfrentamiento continuo con Rubio. Jiménez denuncia que el descontento de su predecesor hacia él está relacionado, entre otros aspectos, con el hecho de que Rubio haya dejado de recibir cerca de 400.000 euros para celebrar un festival de dos semanas, algo que considera una obscenidad y de lo cual nunca se han dado cuentas.
El permiso no ha sido renovado
El permiso otorgado por el obispo de Guadix para que Jiménez continuara en el órgano de la Catedral de León, más allá de los tres años iniciales, expiraba el 23 de junio. Sin embargo, el organista asegura que miembros del Cabildo de la Catedral se reunieron con Samuel Rubio para provocar su expulsión. Incluso afirma haber presenciado la salida de Rubio de la oficina del deán en varias ocasiones.
Jiménez relata que en la reunión en la que se decidiría su renovación, uno de los canónigos no pudo asistir y, por tanto, no pudo emitir su voto. Según sus palabras, fue expulsado del Cabildo de manera violenta y no se le permitió expresarse durante la discusión.
En su carta, el organista cuestiona la misericordia de estos sacerdotes y menciona que una enfermedad reciente le impidió desempeñar su oficio con normalidad en los últimos días.
Aunque Jiménez reconoce que no todos los miembros del Cabildo de la Pulchra Leonina participaron en su cese, agradece a algunos de ellos y señala a quienes considera que lo han menospreciado.
Si bien el obispo ha decidido escuchar la decisión de una parte del Cabildo, Jiménez considera que aceptar otras tareas pastorales en la diócesis sería un desprestigio y una humillación para su oficio musical.