La infanta Cristina ha vuelto a sonreír. Más guapa, más sonriente y más feliz. Desde hacia varias la hija de Juan Carlos y Sofía brilla con una luz especial y no solo por el amor y la satisfacción de sus hijos. La infanta tiene de nuevo el corazón ocupado. El causante es un atractivo hombre maduro de la clase alta de Barcelona. Algunos apuntan a un empresario, también separado, «de muy buen ver» afirman.
El catalán de la alta sociedad
La única condición impuesta por el rey Felipe VI y Letizia es «discreción» absoluta para no entorpecer los trámites del divorcio y el acuerdo económico con el aún marido de la infanta, Iñaki Urdangarín, para que no desvele secretos de La Zarzuela en unas hipotéticas memorias.
La nueva relación de la infanta Cristina se prolonga ya desde hace unas semanas, pero el hermetismo es total. Nunca solos, siempre en el mismo círculo de amigos. La infanta Cristina vuelve a encontrar la felicidad arropada en su querida Barcelona.