Llega el fin del papel higiénico porque no es ‘sostenible’
El papel higiénico se remonta a la antigua China, donde se usaban hojas de papel suave para limpiarse después de usar el baño. No obstante, tal como lo conocemos hoy en día, no se inventó hasta el siglo XIX, cuando en el año 1857, Joseph Gayetty propuso un negocio que comercializaba estas hojas que se mezclaban con aloe vera para el cuidado de la piel. Su popularidad se viralizó y en el año 1920 se empezó a vender en rollos, haciendo que fuesen mucho más fáciles de utilizar.
Actualmente, el papel higiénico es un elemento básico en los hogares de casi todo el mundo y en los supermercados se pueden encontrar diversas marcas y tipos con el fin de satisfacer las necesidades y preferencias de los consumidores. Con el cambio climático, son muchos los que han puesto su foco en este elemento, puesto que alegan que es poco sostenible, dado que podría contener componentes dañinos para el medio ambiente y para la salud. Entre las cuestiones más polémicas es la comentada relación del uso de este papel con la aparición de ciertos cánceres, así como la dificultad para su eliminación.
Las alternativas que se han declarado para sustituir al papel higiénico son el uso del bidé y otras medidas que consisten en lavar la zona con agua y jabón, cosa que muchos consideran una buena práctica, pero muy complicada de incorporar en los lugares públicos, puesto que no habría forma de secarse. Por el momento, se ha contemplado encontrar otros sustitutos, aunque no se dejará de comercializar hasta que no se prohíba su uso.