La realidad que viven los voluntarios dentro del Banco de Alimentos de León
Con la visita de Su Majestad la Reina Doña Sofía al Banco de Alimentos de la ciudad, los altos cargos de la Asociación, así como voluntarios de todas las edades, pusieron de manifiesto su labor y su implicación por proteger a los más necesitados. En 2021, en nuestra provincia (excepto en el Bierzo) se distribuyeron un total de 1.164.000 kilos de alimentos que pudieron ayudar a 1.054 familias con niños y bebés en peligro de exclusión. A pesar de las ayudas recibidas por empresas y otras entidades como la Casa Real, alegan que no es suficiente como para abastecer la demanda.
La pandemia fue un momento determinante para algunas personas que, desgraciadamente, perdieron su trabajo, agravando su situación económica, por lo que el número de familias leonesas que tuvieron que apuntarse a estas ayudas se incrementó notablemente el año pasado. Actualmente, tienen entre 12 y 14 familias habituales, en la ciudad, que van todos los días y hay más en lista de espera, puesto que para recibir esta asistencia se deben demostrar ciertos datos, que se categorizan según el nivel de necesidad.
Algunos de los voluntarios alegaron que la mayoría de ellos son jubilados y al tener tanto tiempo libre prefieren dedicarlo en este tipo de actividades sociales para ayudar a los demás. Cada uno trabaja y colabora lo que puede, pero los que llevan más tiempo suelen quedarse de 10:00 a 13:00 y varias horas por la tarde. En cuanto a la organización, está bien planificada para que cada voluntario se encargue de una sección específica y se repartan todas las tareas. Entre dichas tareas, cabe destacar la creación de los carros, donde distribuyen variedad de alimentos y luego incluyen, a última hora, los elementos frescos como la fruta.
Los productos que más siguen costando son los frescos y los infantiles como papillas o leche en polvo, cuyo precio es muy elevado y es complicado repartir las raciones entre tantos niños, un total de 490 niños y 113 bebés, en la provincia. Por ello, la campaña de este año va dirigida a ellos.
El mes de septiembre ha sido duro por la finalización del verano y la compra de libros. Agradecemos a todos los que colaboran con su cesta. Es verdad que a nivel monetario cuesta más que se done, pero las campañas de recogida suelen ser fructíferas.
Jesús Cloux, 73 años, lleva 11 años de voluntario