La discusión sobre si dejar o no entrar con perros al restaurante le ha costa a este hostelero el perder una clienta, según indica ella misma en su reseña al establecimiento, aunque el perro no era de ella.
El debate sobre si las mascotas deben poder entrar o no todo tipo de negocios y, más específicamente a los negocios de hostelería, sigue abierto. Mientras unos prohíben directamente la entrada a los animales, otros ofrecen agua e incluso comida dentro de sus cartas para estos acompañantes.
No obstante, cada propietario de un negocio, lógicamente, puede decidir si en su establecimiento pueden entrar animales o no, pero a veces a algunos clientes parece sentarle mal la decisión.
Mejor no llevar perros al restaurante
En esta línea, el restaurante ‘El Rincón de la Abuela’ situado en Madrid recibió una muy mala reseña, con solo una estrella, de una clienta que se encontraba en el establecimiento y presenció una situación que no le gustó.
La reseña de la usuaria llamada Marta decía que había ido muchas veces a ese restaurante «pero hoy va a ser la última porque he visto la mayor tontería que ha sido echar a un grupo numeroso de personas de la terraza por llevar un pequeño perro super tranquilo. Como dueña de perro que soy, acaban de perder un cliente”.
Un comentario en el que hace pública la discusión con el propietario por no dejar ir con perros al restaurante, a la que el hostelero contestó indicando que la gerencia «no echamos a nadie por tener perro, si no que informamos que la dirección no contempla acceder al recinto del restaurante con mascotas». Y apunta la base del debate sobre este tema que es que «todo establecimiento al público es libre de decidir si admite o no mascotas”.
Para finalizar la discusión sobre no dejar entrar perros al restaurante, el mismo propietario apuntó que «tengo 3 perros y 2 gatos, pero entiendo al que no le gustan las mascotas, al alérgico, al que tiene miedo a los perros… por ello no admitimos mascotas (pero no echamos a nadie). Yo cuando salgo con mis perros me informo ANTES si puedo ir con ellos y a ello me amoldo; no sé dónde está el problema»