El mal de altura también es llamado mal de montaña
El mal de altura se produce por falta de oxígeno a grandes altitudes. Se suele producir en montañas, aunque también se puede dar en edificios altos o actividades que se realizan en puntos de una altura elevada. Se produce porque al subir la altitud, aunque el oxígeno se mantiene, la presión atmosférica baja lo que hace que haya menos oxígeno disponible.
Los síntomas principales del mal de altura son cansancio, náuseas, dolor de cabeza, pérdida de apetito e irritabilidad. Y los síntomas graves son dificultad respiratoria y confusión, llegando en casos extremos a producirse un coma.
El mal de altura puede afectar principalmente al cerebro y los pulmones, por los que los principales riesgos es que produzca un mal agudo de montaña, un edema cerebral o un edema pulmonar.
Este fue, por ejemplo, el problema de salud de Jorge Javier Vázquez al subir al Machu Picchu, provocado por el mal de altura y desencaminando en un edema pulmonar.