La chica creó el puesto en el Camino de Santiago para ayudar a los peregrinos que pasan por allí.
Carla, es una chica gallega que vive en una casa que se encuentra en pleno Camino de Santiago, específicamente en un punto del recorrido del Camino Inglés.
Desde pequeña ha visto pasar por la puerta de su casa a cientos, e incluso miles, de peregrinos. Un buen día, se le ocurrió ofrecerles la ayuda que tenía a su alcance y empezó colocando un bidón de agua para que los peregrinos pudieran hidratarse cuando pasaran por allí.
Cada día al final de la tarde se acercaba a ver cómo estaba el bidón para saber si los caminantes estaban utilizando el servicio que esta chica les proveía. El agua del bidón siempre había bajado, por tanto, los peregrinos lo estaban usando y le dejaban mensajes de agradecimiento en cualquier hueco que encontraban.
Amplió su puesto en el Camino de Santiago
Como vio que el servicio era necesario, decidió ampliarlo. Colocó una pancarta indicando el punto a los que pasaban por allí, añadió una cesta de manzanas y una de limones, preparó un botiquín con servicios básicos y una cajita en la que deja una pulseras que ella misma elabora, con la típica concha del Camino de Santiago.
La iniciativa ha sido todo un éxito y los peregrinos encuentran un punto con todo lo que necesitan para continuar con su viaje. Además, le dejan su agradecimiento escrito en el cartel y muchos se animan a dejar unas monedas.
Cada tarde, la chica rellena todas las cestas de fruta, limpia el bidón y lo rellena de agua fresca introduciendo dos cubos grandes de hielo y repone los utensilios del botiquín.
Comparte su iniciativa en las redes sociales y las muestras de agradecimiento son inmensas. Un bonito gesto desinteresado de una chica con un corazón gigante.