Una de las calles más céntricas de León te da cobijo bajo una gran parra. En días en los que es necesario «buscar la sombra» el transeúnte se resguarda a la sombra de la parra y descubre maravillado como crecen los racimos. Una imagen que podemos encontrar en la calle San Agustín. La parra está localizada en el hermoso palacete de esta calle y se «escapa» hacia la calle.
Sombra y racimos lucen de esta hermosa parra
Un «privilegio» que no suele ser habitual en las ciudades y que ofrece un regalo para vecinos y paseantes. Algunos leoneses se detienen para completar la vid y sacar «alguna» foto a la uva que madura con ganas.
En unos dos meses, las uvas estarán maduras y las hojas tornarán de un vivo color dorado mientras caen. Hasta entonces brilla en todo su esplendor, convertida en un auténtico pulmón verde de la calle.