El Panteón Real, una joya románica en pleno corazón de León
Ayer dieron comienzo las tareas de conservación del Panteón Real de San Isidoro. A pesar de los trabajos de restauración, el museo podrá seguir visitándose con normalidad en su totalidad, incluido el Panteón de los Reyes..
El Panteón de los Reyes, uno de los principales atractivos culturales de la capital leonesa, fue construida por mandato de la reina Sancha y su esposo el rey Fernando I el Grande para amparar sus restos bajo sagrada sepultura. Siguiendo la tradición iniciada por la pareja, 11 reyes, 12 reinas, 10 infantes entre otros miembros de la corte han sido enterrados en dicha sala .La propia Urraca I, la Temeraria, una de las figuras que mejor representan el carácter y determinación propios del pueblo leonés descansa hoy protegida por este paraíso de piedra.
Aprovechando estas obras, la dirección del museo ha adaptado los recorridos para que los visitantes tengan la oportunidad de conocer cómo se pintaron los frescos, cuál era la forma en la que lo artesanos de la corte realizaron las obras o cómo se consiguieron los pigmentos que colorean las paredes del Panteón, hace ya más de diez siglos.
El proceso estará dirigido por la restauradora de arte Natalia Martínez de Pisón de la empresa ¨Talleres de Arte Granda¨ que se encargará del estudio de las pinturas, limpieza de las columnas y los murales, así como el reconocimiento del estado que presenta el conjunto en general. Las intervenciones han sido impulsadas desde Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León a partir de fondos europeos de desarrollo regional y del Plan Europa.
La ¨Capilla Sixtina del Románico¨
Además del incalculable valor histórico albergado en la espectacular sala, la relevancia de este lugar ha de entenderse en términos artísticos. Esta joya románica está conformada por dos poderosas columnas que producen un juego de luces y sombras mientras otorgan cierta sensación de robustez a la obra a la par que dividen el espacio en tres naves coronadas por sendas bóvedas adornadas con ricas policromías. Destacan precisamente las columnas en las que conviven capiteles historiados, una de las señas de identidad de la arquitectura románica que perseguía un fin pedagógico, encargadas de narrar diversos pasajes del nuevo testamento como la historia de Lázaro y otros hitos realizados por Cristo con capitales de tipo ornamental que presentan motivos principalmente vegetales.
Sin embargo, el protagonismo indiscutible recae sobre las pinturas al fresco que adornan las bóvedas en dorados, ocres y verdes grisáceos . En ellos se muestran diversos episodios organizados de manera cronológica en torno a tres ejes narrativos claves para el Cristianismo: la Natividad, Pasión y Resurrección del Señor. De esta forma, una de las primeras imágenes representadas es la Anunciación a la Virgen (una temática pionera en la pintura medieval, ya que no sería hasta el Renacimiento cuando este asusto cobraría una gran relevancia en la iconografía pictórica europea). Además, se muestran la Anunciación a los Pastores, la Santa Cena, el Apocalipsis según San Juan o la Degollación de los Santos Inocentes, entre otras capítulos de las sagradas escrituras.
Una de las estampas más curiosas que pueden observarse en estos muros es el Calendario Agrícola. Se trata de una original creación en cuyo centro aparece la figura de Jesús como Señor del Tiempo (Cronocrátor), a su alrededor se articulan las distintas estaciones y meses del año simbolizados por una tarea rural típica de cada época. Por ello, el sembrado de los campos hace alusión al mes de abril, la recogida de la uva a septiembre o la característica matanza del cerdo de San Martín a noviembre.
Presidiendo la estancia, surge Jesús retratado como un Señor Todopoderoso (Pantocrátor) con la mano derecha en actitud de bendición mientras la izquierda sostiene un libro abierto en el que puede leerse ¨ Soy la luz del mundo¨ en latín. En torno a él aparecen los cuatro evangelistas a modo de tetramorfos o lo que es lo mismo, encarnados por sus animales místicos: Mateo en forma de ángel, Lucas como buey, un águila simbolizando a Juan y un león personificando a Marcos.
Sin duda, se trata de una cita obligada para los amantes de la historia del arte que pueden disfrutar del colosal recinto gracias a las visitas guiadas o de manera independiente con las audioguías disponibles en varios idiomas.