Día sí y día también la calle San Agustín es un punto negro para el tráfico de la ciudad. Prácticamente son continuos los pitidos en esta zona por las retenciones que se producen cada vez que un coche maniobra para aparcar en la calle Alfonso V o la propia San Agustín, entonces comienza el atasco.
En casos en los que los conductores no son muy «hábiles» la maniobra para aparcar puede prolongarse unos cuantos minutos (qué decir si además hay que esperar otros tantos minutos por el coche «que sale»).
Consecuencia… pitidos, enfados al volante y largas colas por Gran Vía de San Marcos. Ésta es una imagen diaria de este punto de la ciudad que es un auténtico «agujero negro» para el tráfico en León.
Y si llueve, como hoy, todo se complica aún más.