Posiblemente hayas pasado por delante de esta fachada cientos de veces pero no te hayas percatado de su belleza y de todo lo que «cuenta». Porque literalmente esta portada es toda una obra de arte. Julio del Campo es el autor de esta magnífica construcción que se localiza en la calle que lleva su mismo nombre en la capital.
Este edificio fue donado por Julio del Campo y su mujer en 1917. En su interior se alojaban dos escuelas en la parte baja del inmueble, la parte superior estaba destinada a la vivienda del maestro. Lo que más sobresale de la construcción es su impresionante fachada. Monumental y singular como ella sola, aloja 600 palabras y bustos en relieve de diversos personajes reconocidos a nivel mundial y nivel local. Las inscripciones, la mayor parte, están cargadas de símbolos relativos a la educación.
El interior ha sido modificado totalmente, actualmente el edificio está cedido a Asprona (desde hace más de tres décadas).
Símbolos, bustos e inscripciones en relieve por toda la fachada
Sin duda, una singular construcción que bien merece ser contemplada y admirada.
Julio del Campo puede considerarse leonés, aunque era palentino de nacimiento. En León, la que puede considerarse, su ciudad atesora gran parte de la obra de este excepcional canterano. Sobresale el espectacular mausoleo en el que descansa en el cementerio de la capital. La vida de este cantero autodidacta, que no tuvo acceso a la enseñanza ni a la cultura de joven, es todo un misterio. A pesar de nacer en la pobreza logró formar una gran fortuna y logró que la cultura fuera el centro de su vida. Una de las grandes incógnitas de la vida de Julio de Campo es saber si este grandioso escultor era masón (pero esa es otra historia).