Los robles cantábricos están ofreciendo un nutritivo soporte tras la acusada sequía de este verano que limitó la producción de frutos carnosos en el bosque, a pesar de lo cual los osos muestran un buen estado físico.
El año ha sido particularmente seco en el área cantábrica de distribución del oso pardo. La lluvia caída ha sido de entre un 25% y un 50% menos de lo normal en una extensa zona que abarca Galicia, Asturias, Cantabria y buena parte de Castilla y León, especialmente Palencia, según los datos de la Agencia Española de Meteorología. Esto ha supuesto una pobre cosecha de algunos frutos carnosos, especialmente arándanos y pudios, aunque los equipos de la FOP han observado a los osos alimentarse de moras.
Por otra parte, la cosecha de bellotas presenta una producción irregular, con manchas de robledal repletas del fruto y otras zonas sin rendimiento, lo que está dando lugar a la concentración de ejemplares en áreas reducidas para aprovechar el recurso. Las patrullas de la FOP han constatado la presencia de hasta nueve osos alimentándose en una de esas pequeñas franjas de robledal cargadas de bellotas, con una aceptable tolerancia entre ellos.
La FOP también ha detectado tres casos, de carácter anecdótico, en que unos pocos osos han robado el pienso de los comederos que los ganaderos han colocado en los pastos altos para los terneros debido a la sequía. En concreto los tres casos se han producido en la Montaña Palentina, el Alto Sil leonés y el Alto Narcea asturiano. Estos comederos estaban siempre situados en zonas altas, lejos de cualquier núcleo urbano, y la presencia de los osos no ha tenido ninguna consecuencia conflictiva.
Circunstancias como la de este año, en que fallan otros recursos nutritivos, ponen de manifiesto la importancia creciente de estas áreas de robledal de alta producción en donde los osos se alimentan. Es por ello que se hace urgente protegerlas y catalogarlas adecuadamente en los planes de recuperación de la especie.