Ante la situación de sequía que vive esta cuenca en los últimos meses, la Confederación Hidrográfica del Duero, organismo adscrito al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, cree oportuno recordar que el agua es un bien público que se administra conforme establecen las leyes, y que en su gestión están representados los usuarios a través de diversos órganos de decisión.
Los regantes de León, al igual que los del resto de la cuenca del Duero, están representados en las juntas de explotación de los sistemas, por un lado, y en la Comisión de Desembalse, por otro, marco en el que presentas sus propuestas para debate y aprobación, del que también forman parte otras administraciones públicas y el resto de usuarios.
La Comisión de Desembalse, que celebró su última sesión el día 14 de julio, ha establecido en cumplimiento de sus responsabilidades los volúmenes mínimos de reserva que han de quedar en los distintos embalses del Estado a final del año hidrológico -30 de septiembre-, con objeto de garantizar la prioridad de usos que fija la Ley de Aguas: el
abastecimiento humano y la circulación de caudales ecológicos.
Desembalse según demanda
Para determinar los volúmenes de reserva a final de campaña, la Comisión de Desembalse ha tenido en cuenta las dotaciones para riego que se fijaron en su anterior reunión del 6 de abril. Por tanto, las dotaciones de agua asignadas para regadíos dependientes de los embalses de Riaño y Porma estarán disponibles, con independencia de las necesidades de agua que tengan otras zonas de la cuenca del Duero.
En efecto, a día de hoy todavía algunas áreas regables de León, como el Canal Bajo del Páramo o la margen izquierda del Porma, están lejos de agotar los volúmenes que tienen asignados, y que se irán desembalsando según lo soliciten los interesados hasta consumir el cupo.
De esta manera trabaja la Confederación Hidrográfica del Duero en todas las zonas regables dependientes de infraestructuras del Estado en un año tan complicado como el actual, en el que las asignaciones a los regadíos de otras provincias, como Palencia o Valladolid, son inferiores a los habituales.